Guillermo Vidalón

La izquierda y la involución social

La izquierda y la involución social
Guillermo Vidalón
03 de mayo del 2017

Las falacias de la propaganda izquierdista

Los objetivos políticos de las izquierdas siempre se centran en espacios comunes, como el antiimperialismo, la oposición a la inversión (nacional o extranjera), su “lucha contra la corrupción”, etc. ¿Qué es lo que han cambiado? Su estrategia y su formulación discursiva para alcanzar el poder y beneficiarse de él.

Los objetivos de las izquierdas son: subvertir el orden, sin proponer un plan de trabajo que nos lleve al desarrollo socio productivo. Por ejemplo, las izquierdas siempre están agitando el estribillo de “agro sí, otro no”. Pero imaginemos qué es lo que podría ocurrir si prescindiéramos de la industria extractiva. De esta manera podemos evaluar la pertinencia o no de dichas propuestas.

El periodo en que menos se empleó la industria extractiva fue la prehistoria. En cuanto los metales fueron descubiertos y utilizados como puntas de lanza, la efectividad en la caza mejoró notablemente. Por consiguiente, los instrumentos empleados para la autodefensa, así como para proveerse de un mayor volumen de alimentos cárnicos, se incrementó notablemente.

Cuando las izquierdas argumentan de que los metales no se comen están formulando un enunciado cierto, pero sin los metales no habría posibilidad alguna de obtener el volumen de alimentos que necesitamos para alimentar a una gran población. En otras palabras, el enunciado de la exclusión no es más que una propuesta a favor de la involución, del retroceso para toda la humanidad.

Las izquierdas también señalan que no se oponen a la actividad extractiva, pero nunca dicen bajo qué condiciones sí respaldan sus operaciones. Otra vez, su enunciado de que no se oponen a la extractiva es falaz, porque responde a una estrategia discursiva y no a sus objetivos reales.

¿Por qué indicamos de que las izquierdas proponen la involución para el Perú?

  1. Porque su actividad siempre fue la ineficiencia; y su mecanismo de legitimación político-social, la mediocridad. El resultado, la multiplicación de la pobreza intergeneracional. Si bien es cierto, la corrupción ha atravesado todo el espectro político, de un extremo a otro, la descalificación y el reemplazo de la clase política tiene que provenir desde la identificación y promoción de personalidades honestas; así como el rechazo de concepciones ideológicas desfasadas.

  2. Porque agitan discursivamente la categoría de “desarrollo sostenible”, sin tener en cuenta de que este solo será viable si se sustenta en el conocimiento científico-tecnológico. Otra vez, están empleando un argumento falso. Por ejemplo, el desarrollo sostenible tiene que contemplar, en su perspectiva, el crecimiento sostenido de la población; por lo tanto, el incremento de la producción de alimentos, así como de todo aquello que demandan las personas para satisfacer sus expectativas. Es en función a dichas expectativas que los inversionistas deciden arriesgar sus capitales, generar empleo, promover sinergias y alcanzar el crecimiento esperado. Por consiguiente, quien se opone a la inversión es contrario al desarrollo sostenible (que es socio-productivo), y fomenta la informalidad y el empobrecimiento generalizado.

  3. Porque el Perú es un país que tiene entre sus principales potencialidades la actividad extractiva, que convoca a capitales nacionales e internacionales. Al oponerse a la actividad extractiva, mediante mecanismos “legales” edulcorados para la opinión pública, —como “ordenamiento territorial” o el establecimiento de “zonificaciones ecológicas económicas”, no toman en cuenta que existen muchos yacimientos aún por descubrir. Y es a través de estos “mecanismos legales” que se pretende limitar el desarrollo del Perú. Las zonificaciones en las ciudades son diferentes, porque al interior de las operaciones mineras también hay áreas destinadas a una finalidad específica —como la ubicación de las chancadoras, la concentradora, etc.—, en consecuencia, hay orden. No se debe a priori excluir zonas que podrían representar un gran potencial económico para el país en el futuro.

  4. Porque promueven el denominado “postextractivismo”; es decir, no quieren que haya nuevas operaciones mineras ni petroleras. Su propuesta en perspectiva es que ambas actividades se extingan paulatinamente. Suponen que se ha alcanzado un equilibrio entre la demanda de metales y su reciclaje. En conclusión, no habría que realizar más actividad extractiva. Preguntémonos si todos los sectores de la sociedad han alcanzado a satisfacer la demanda de productos provenientes de la industria extractiva. Si no se ha satisfecho la demanda de todos, ¿quiere decir que las izquierdas privilegian a quienes sí lograron satisfacer sus expectativas y excluyen de esta posibilidad a grandes sectores de la población? Es así como nos proponen alcanzar “la justicia social”. ¿O será otro enunciado atractivo elaborado por la propaganda izquierdista para volvernos a engañar y obstaculizar el proceso de desarrollo del país?

Guillermo Vidalón del Pino

Guillermo Vidalón
03 de mayo del 2017

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