Iván Arenas

La izquierda limeña, Kenji y el doble rasero

La izquierda limeña, Kenji y el doble rasero
Iván Arenas
19 de julio del 2017

Reacciones ante el encarcelamiento de la ex pareja presidencial

La sentencia de prisión preventiva dictada por el juez Concepción Carhuancho a la ex pareja presidencial Ollanta Humala y Nadine Heredia ha generado distintas reacciones en la izquierda limeña, ex compañera de camino del nacionalismo, que merecen ser descritas porque demuestran —una vez más— ese doble rasero que tanto pretenden ocultar. En algunos casos hubo una furibunda piconería, en otros un silencio insólito y en unos una defensa absolutamente incongruente y débil ante la contundencia de las pruebas acumuladas y presentadas por la fiscalía.

No obstante vale preguntarse por qué la izquierda limeña, con sus periodistas y medios de comunicación ha sentido el encarcelamiento de los Humala-Heredia como un golpe directo. Sencillo. Durante su gobierno, la pareja presidencial desarrolló una estrategia política y mediática cuyo objetivo era alentar el antifujimorismo y antiaprismo en la vida política. De allí, por ejemplo, la aparición de un ejército de trolls que se dice salían desde Palacio de Gobierno y desde algunos ministerios, como el de Educación. A ello habría que agregar el financiamiento de algunos medios de comunicación y varios periodistas.

Entonces, de allí que la variada reacción de la izquierda limeña contra la prisión preventiva a la ex pareja presidencial solo puede tener una razón: el apoyo económico para desarrollar la guerra contra el fujimorismo durante el gobierno nacionalista. Si la razón de la defensa a los Humala fueran los principios ideológicos entonces valdría preguntarse, ¿por qué la izquierda limeña no apoyó a un zurdo como Gregorio Santos cuando —por mucho menos que los Humala— fue puesto en prisión preventiva? En todo caso, dejamos la pregunta en el aire.

En lugar de una seria autocrítica por su apoyo a dos candidatos que representaron el mejor antifujimorismo en su momento, como Toledo y Humala, la izquierda limeña ha querido —en vano— incluir en las investigaciones a Keiko Fujimori y Alan García (a pesar de que las pruebas llegan desde el Brasil), o en todo caso han escarbado malamente el pasado del juez Concepción Carhuancho o del fiscal Juárez.

Ahora bien, no resulta extraño que la izquierda limeña utilice todas las estrategias posibles para cuestionar el fallo del juez Concepción Carhuancho, a pesar de lo abultado de las pruebas. Aquí es donde aparece el menor de los Fujimori, que en una calculada jugada se roba lo reflectores visitando al encarcelado Humala, llevándole algunos víveres. No obstante, la actitud de Kenji supera todos los límites cuando vuelve a visitar al encarcelado Humala.

Las visitas de Kenji no habrían tenido mayor impacto si es que el antifujimorismo y la izquierda limeña no hubieran tomado su actitud con un acto no solo de desacato a Fuerza Popular, sino como un paso más para agrietar la unidad en la agrupación naranja, y de paso seguir machacando la solidez de las pruebas del fiscal Juárez. Quizá también estemos ante una actitud extrañamente inmadura del benjamín de los Fujimori por una razón: lo sucedido con Humala-Heredia invita a la sana reflexión sobre la democracia, la justicia y el estado de derecho en el país. De tal modo que tratar de ganar reflectores con este tema no es precisamente lo mejor.

Iván Arenas

Iván Arenas
19 de julio del 2017

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