Victor Robles Sosa

La izquierda en el fondo

La izquierda en el fondo
Victor Robles Sosa
08 de diciembre del 2015

Análisis de las elecciones internas de los partidos izquierdistas

La decisión de los partidos de la izquierda de celebrar elecciones internas para elegir a sus candidatos presidenciales del 2016 suscitaron una justa expectativa en la medida que semejante ejercicio democrático rompía con la vieja tradición izquierdista de negociar esas candidaturas entre las cúpulas y a espaldas de las bases. Los voceros de la izquierda emplazaron inclusive a los demás partidos políticos a que siguieran su ejemplo “democrático”.

Transcurridas las dos elecciones internas en el Frente Amplio (FA) y la Unidad Democrática (UD), los resultados parecen revelar la gravedad de la crisis de representación social que atraviesan los partidos izquierdistas.

Un primer elemento a considerar es su escasa capacidad de convocatoria. En conferencias de prensa y avisos en los diarios invitaron a los simpatizantes de izquierda para que participen en las votaciones, con resultados muy pobres. En la elección del FA votaron 32,000 personas, ¡en todo el país!, según el perdedor de la contienda, Marco Arana. Sin embargo, nadie ha podido autenticar esa cifra.

Y en la elección de la UD votaron 54,204 personas, según las cifras reportadas por el ganador, Andrés Alcántara, jefe del partido de los fonavistas, Democracia Directa. El problema es que esta cifra ha quedado en entredicho porque el perdedor, Gonzalo García Núñez, ha denunciado fraude electoral y renunciado.

Un segundo elemento a considerar es que en las dos elecciones fueron derrotados los partidos de izquierda más grandes, cuya capacidad operativa, de organización y de influencia social han sido vapuleadas.

Tierra y Libertad y su aparato partidario, organizado sobre la base de las ONG ambientalistas Grufides y Cooperacción, fue derrotado en el FA por el pequeño colectivo izquierdista Sembrar de Verónika Mendoza; y el Partido Comunista Patria Roja, supuestamente fuerte e influyente en el SUTEP y la CGTP, fue vencido en la UD por los fonavistas.

Alcántara ha tocado ahora las puertas del FA para proponer una alianza de izquierda con Verónika Mendoza a la cabeza y él en la plancha presidencial (también en la lista al Congreso, por supuesto). Pero. ¿Qué tienen en común ideológicamente los fonavistas y la izquierda marxista? Nada que vaya más allá del interés electoral momentáneo.

Lo que vemos en la izquierda es un reflejo más de la crisis general del sistema de representación política, que se expresa, entre otras cosas, en organizaciones políticas que viven de espaldas a la sociedad. La diferencia está en que la crisis es mucho mayor en los partidos de izquierda, tal como se ve en las encuestas electorales, en las que sus candidatos aparecen en el rubro “otros”. ¿Por qué?

Porque la izquierda está pagando el costo de haberse convertido en la máxima expresión política contraria al crecimiento económico que ha reducido la pobreza como nunca antes y propiciado el surgimiento de la nueva clase media de emprendedores. Y porque fue -y sigue siendo en parte- el soporte político del gobierno nacionalista, principal responsable de que hoy haya una menor reducción de la pobreza.

En otras palabras, la izquierda ha llegado a dónde está porque se ha convertido en una opción política antipopular.

Por: Víctor Robles Sosa

Victor Robles Sosa
08 de diciembre del 2015

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