Victor Robles Sosa

La ilusión Urresti

La ilusión Urresti
Victor Robles Sosa
15 de julio del 2014

¿Tendrán una trascendencia política mayor las acciones del ministro de moda?

Nadie podría cuestionar el entusiasmo y el ímpetu que marcan la gestión del ministro del Interior, Daniel Urresti. Su voluntad de hacer las cosas bien ha merecido el apoyo de los ciudadanos en las encuestas, qué duda cabe. Pero de allí a sostener que hay un “efecto Urresti” que, cual locomotora, está jalando hacia arriba la popularidad del gobierno, hay una gran distancia. Creo más bien que estamos presenciando, antes que un fenómeno político, una ilusión política, la “ilusión Urresti”.

El entusiasmo ciudadano con los políticos que empiezan bien en sus cargos dura por lo general unos tres meses, plazo razonable para pedirle resultados tangibles y medibles de su gestión. Espero que al cabo de ese período, Urresti pueda mostrarnos cifras que nos indiquen que la delincuencia ha empezado a retroceder. Le deseo éxito porque si lo logra será en favor de la seguridad de todos.

El gran problema de Urresti es que todo su esfuerzo parece orientado a generar en la gente la percepción de que ya no hay razón para sentirnos inseguros porque tenemos un ministro que nos protege y combate a la delincuencia. Sin embargo, toda percepción se quiebra ante la irrupción de otros hechos que generan otras percepciones opuestas. Por ejemplo, si en las próximas semanas se producen crímenes que tengan impacto en la opinión pública, entonces lo más probable es que la percepción de seguridad se diluya fácilmente ante la fuerza de los hechos.

Me temo que es lo que ocurrirá, porque la delincuencia no se va a detener, menos el crimen organizado, mientras sigan intactos los resortes de poder que le garantizan impunidad desde el Estado. Me refiero a la corrupción en las fiscalías; en los juzgados y tribunales; y en los penales convertidos en centros de planeamiento y dirección de crímenes. ¿Es posible acaso vencer la delincuencia sin tocar estas mafias enquistadas en el aparato estatal?

Y contra lo que algunos piensan, tampoco creo que el carisma y la simpatía de Urresti vaya a servir de mucho para que el gobierno pueda detener su deterioro político. Hay otros factores gravitantes que el ministro no podrá contrarrestar, como los efectos sociales del menor crecimiento económico ocasionado por las políticas estatistas: Menos empleo, menos ingresos y eventualmente inflación si el gobierno intenta elevar el consumo inyectando dinero sin sustento productivo, tal como acaba de hacerlo con la liberación de la CTS y el aumento de la gratificación de Fiestas Patrias.

Tampoco podrá contrarrestar el resquebrajamiento que ya ha empezado a producirse en las filas del oficialismo, y que acaba de manifestarse en un cuestionamiento público al liderazgo de Nadine Heredia desde la bancada nacionalista , y en la decisión de Perú Posible de tomar distancia, también, de los caprichos políticos de la primera dama.

Por eso creo que lo de Urresti es solo una ilusión. Y como toda ilusión, será efímera, pasajera, y acabará abruptamente, cuando nos despierte la realidad, la siempre cruda y dura realidad.

Por Víctor Robles Sosa

Victor Robles Sosa
15 de julio del 2014

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