Neptalí Carpio

La esquizofrenia de los antifujimoristas

La esquizofrenia de los antifujimoristas
Neptalí Carpio
08 de enero del 2016

Los discursos que proponen procesos políticos fundacionales radicales están fuera de tono.

Los psicoanalistas que estudian temas de liderazgo dicen que uno de los problemas más comunes de algunos políticos es el desfase permanente entre el discurso y la realidad, la contradicción entre lo que dicen y lo que realmente hacen. Muchas veces apelan a un discurso extremista, pero en el fondo actúan con las reglas del status quo que dicen rechazar. Es exactamente lo que hacen aquellos políticos “demócratas” que en estos días se llenan la boca con altisonantes frases para cerrarle el paso al fujimorismo, pero han promovido un escenario donde de las 19  planchas presidenciales, por lo menos 12 de ellas tienen el mismo discurso, expresando una atomización que seguro los seguidores de Keiko Fujimori aplauden en silencio.

Saben ellos que cuanto más candidaturas con el mismo pregón existan, tanto más factible será que Keiko Fujimori consolide un electorado expectante, incluso, con posibilidades de ganar en la primera vuelta electoral. Pero, a pesar de esa realidad existente, patológicamente, insisten en marchar divididos en su discurso visceral frente al pasado régimen de la década de los ´90.  

Su accionar esquizofrénico es permanentemente contradictorio. Varios de sus líderes hablan de renovar la política pero se han opuesto a la anulación del voto preferencial, el voto voluntario, un mayor ejercicio de democracia interna en los partidos políticos, medidas más radicales para controlar las finanzas partidarias y poner vallas más altas para las alianzas electorales. Y muchos de ellos en el fondo defienden o callan frente a las diversas instituciones que creó el fujimorismo en los años ´90 y que en parte es la base para el crecimiento económico que el Perú tuvo durante los últimos 12 años. Tanto es así que son cada vez menos los que hablan de convocar a una Asamblea Constituyente y menos aún de regresar a la Constitución de 1979.  

No es casual que sean aquellas fuerzas que han moderado su posición frente a la herencia fujimorista las que ocupen los primeros lugares en las encuestas. Es el caso de las fuerzas que lideran Pedro Pablo Kuczynski, Alan García o el propio Cesa Acuña. En los rezagados, entre los que se encuentran Perú Posible, el Frente Amplio, Acción Popular, las agrupaciones que lideran Fernando Olivera y Ricardo Belmont, Acción Popular, Democracia Directa, Gregorio Santos, etc., prima un discurso radical frente al fujimorismo, el que se pierde por la miríada de agrupaciones inscritas para competir. Su comportamiento aparece cada vez más divorciado de la realidad.

Cada uno de ellos promete empezar de cero, refundar la República, acabar con el actual orden, cambiar el actual modelo, cuando todos los estudios de opinión señalan que más allá de las medidas radicales que si hay que tomar contra la delincuencia o la corrupción, la población mayoritariamente se muestra conservadora y sensata contra cualquier aventura política. Renovación y continuidad es lo que prima en el imaginario popular. Los discursos que proponen procesos políticos fundacionales radicales están fuera de tono. En parte porque quienes propusieron “La Gran Transformación” o “La Hoja de Ruta” terminaron envueltos y cohabitando en la misma maraña institucional que  antaño dijeron combatir y acusados de casos de corrupción.  

El país tendría un escenario electoral diferente, en estos días, si se hubiera creado una gran coalición de centro izquierda o de centro derecha, pero todos los actores llamados a constituirla han optado por auto aislarse. La alianza entre el PPC y el Apra si bien puede mostrarse como un esfuerzo de corregir esta atomización, para amplios sectores de la población, como hasta ahora lo muestran las encuestas, es en realidad un intento de sobrevivencia política y donde Alan García intenta limpiarse de un pasado moral muy cuestionable.     

Candidaturas como la de Alfredo Barnechea o de la propia Verónica Mendoza tendrían un destino más convocante, articulador y desafiante frente a Keiko Fujimori si hubieran expresado preventivamente coaliciones más amplias con variadas corrientes a su interior. Y ahí tenemos ya los resultados, una extremada atomización del espectro antifujimorista, varias de cuyas opciones seguramente no pasarán la valla electoral.

Por: Neptalí Carpio

Fotografía: Chrystelle Barbier - Lemonde.fr
Neptalí Carpio
08 de enero del 2016

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