Martin Santivañez

La democracia soy yo

La democracia soy yo
Martin Santivañez
12 de diciembre del 2014

En vez de victimizarse el presidente debe enmendar sus errores políticos

El Presidente Humala comete un error grave al identificar la democracia peruana con su investidura saliendo en los medios a sostener que cualquier ataque a la institución presidencial pone en grave riesgo la continuidad republicana. La personalización suele ser un error de nuestros políticos pero el desacierto se agrava si ocurre en medio de una crisis como la que experimentamos.

No me convence la postura que afirma la existencia de una supuesta injerencia de Figallo sobre la labor de la procuradoria. Es normal que un Ministro coordine estrategias y formule preguntas cuando ignora el proceso. Pero allí dónde la responsabilidad jurídica es ambivalente, la responsabilidad política es clarísima. La torpeza política del Ministro tiene un precio: su cabeza. Con todo, hay una gran diferencia entre un error de gobierno y un delito.

Los errores del gobierno los soluciona el Presidente. Pero si Humala, en vez de realizar el lento y doloroso proceso de enmienda política opta por encerrarse en su torre de marfil sus cuadros, los pocos de valor que aún conserva, empezarán a caer como piezas de dominó. Los medios cumplen con la labor de señalar los errores del gobierno. El Presidente, en lugar de victimizarse, tiene como tarea la corrección de las caídas que la falta de estrategia suele provocar.

El humalismo no es la democracia. Controlar al Presidente forma parte de la técnica democrática. Mejora la calidad de la República, fomenta la consolidación de una conciencia ciudadana, ejercita el músculo de los medios de comunicación y desnuda quién es de verdad un independiente, quien es leal desde el punto de vista partidario y quien actúa, bajo todos los paraguas, como un sicario de la cosa pública. El Perú está lleno de todas estas categorías y el Presidente, a estas alturas del partido, tendría que estar acostumbrado a resolver una crisis política con un remedio político.

El remedio político es un remedio muy concreto y particularmente doloroso. Si el humalismo piensa que la relación con Belaunde Lossio va a pasar sin pena ni gloria comete un segundo y más grave error. Esto llega hasta el corazón de Palacio de Gobierno. Cuando algo así sucede, debido a la penetración en el centro del poder, la única manera, si es que existe algo por salvar, es el deslinde claro, la ruptura total para salvar los muebles del incendio. Presidente: ¨si tu mano derecha te escandaliza, córtatela y arrójala de ti, porque mejor es que uno de tus miembros perezca a que todo el cuerpo sea arrojado a la gehenna¨. La razón siempre la tiene el maestro. Humala no es la democracia y ella lo sobrevivirá.

Por Martin Santivanez Vivanco

12 - dic - 2014

Martin Santivañez
12 de diciembre del 2014

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