La cortina Urresti

Sobre los adjetivos, insultos, amenazas que lanza el ministro a la oposición.

El Ministro Urresti es el funcionario que más atención capta en lo que va de enero. De populachero, pasó a pendenciero y esta semana se pasó de la raya como malcriado. No tuvo mejor idea que retransmitir en su Twitter unas fotos, con adjetivos asquerosos, en las que se ve a mujeres vinculadas a la vida íntima de García, además de otras tres periodistas. Esto en un contexto en el que Urresti cree ser el nuevo verdugo del expresidente. Quizá la obsesión que el Ministro tiene con García se debe a que, según una encuesta de noviembre, él sería quien en una imaginaria segunda vuelta le quitaría el sueño de ser Presidente por tercera vez. Si somos rigurosos con las fechas, Urresti se volvió un tuitero muy activo cuando el exasesor humalista, Martín Belaunde Lossio, llevaba ya algunos meses como un prófugo de la justicia.

MBL pudo ingresar de lo más campante a Bolivia en diciembre, ya que la policía peruana no reporta hasta hoy su nombre a Interpol Internacional. El Ministro Urresti corrió al dispositivo más cercano y comenzó a publicar adjetivos, insultos, amenazas y medias verdades contra la oposición, periodistas y críticos del gobierno. Experto en redes como demuestra ser, sin embargo no abrió la web de Interpol para escribir el nombre de MBL; hasta el cierre de este artículo la omisión continúa desde mayo. Con ello, MBL podría fugar de Bolivia al país que quiera. Lo que Urresti prefirió hacer fue levantar polvo, ayudado por un no menos obsesivo Ministro de Defensa —para Cateriano el expediente García es como cocaína para un drogodependiente—, entonces la distracción hizo su trabajo, un sector de la prensa mordió el anzuelo y de pronto la noticia fue el Twitter de Urresti y no el prófugo.

MBL ha contratado un estudio de abogados cuyos honorarios, según ha reportado Cuarto Poder desde Santa Cruz, bordean los US$ 100 mil. Si ha estado fugitivo en el Perú casi todo el 2014 y allá no se le conoce oficio ni beneficio, cabe preguntarse de dónde consigue tanto dinero para defenderse. Con recursos y abogados carísimos, MBL pasará de ser un perseguido por delitos como peculado y asociación ilícita para delinquir —esfumar esos cargos ante un complaciente Evo Morales— para convertirse en un refugiado por supuestas ideas políticas. Resulta curioso que Urresti y MBL hayan coincidido en el Twitter con sus ataques hacia García. Si uno los viera desde fuera, daría la impresión que ambos siguen un mismo guión.

Pero en Lima la estrategia del gobierno ha quedado al descubierto. Urresti hace este espectáculo con el aval del Presidente y su esposa; por lo menos eso es lo que se creerá hasta que no se desmarquen de sus afirmaciones. Lamentable que este extraño celo con MBL despinte tanto a funcionarios que venían haciendo un buen papel, como la premier Ana Jara. El insano ejercicio de quedar bien con Dios y con el Diablo le quita peso en el gabinete. Así, el gobierno de los Humala no necesita tercerizar el trabajo sucio que antes Fujimori y Montesinos encargaron a los diarios chicha, porque para eso está Urresti. Tiene la libertad de expresarse como cualquier ciudadano, pero esa belicosidad con la que enfrenta a sus críticos, ese tonito canero con el que tuitea, ese personaje de mala esquina que se ha creído ser no es el de un Ministro llamado a garantizar la seguridad y el bienestar de los peruanos. Hoy él quiere embarrar a todo lo que se mueve, para que el caso Belaunde Lossio parezca como uno más del montón. Si Urresti ya estuviera en campaña, y lo que se sospecha sobre Belaunde Lossio llega a ser cierto, solo le quedaría repetir un mensaje que ya debe estar ensayando para el 2016: “Nosotros robamos menos”.

Por Jaime Chincha
(16 - Ene - 2015)