La construcción de la ansiada seguridad ciudadana

Se requiere trabajar la interacción entre PNP, MP, PJ e INPE

Uno de los aspectos del fundamentalismo islámico que más repugnan a la cultura de la libertad es la reedición del paternalismo feudal con vestimenta religiosa. Los nuevos ayatollahs reclaman ser oído autorizado, boca parlante y mano ejecutora de la palabra divina, facultades que invocan para restringir conductas para proteger a los fieles, como quien protege niños.

Coincidencia o impredecible fusión de pacatería virreinal limeña y trotskismo PUCP-setentero-barranquino, esa actitud paternalista, tan cara a los jerarcas uniformados de la dictadura militar velasquista, parece perdurar, Así, en inefable coincidencia, un alcalde y un ministro de Estado coinciden en el desatino de pretender cortar libertades al ciudadano honesto para protegerlo del mal que él mismo, cual niño con pantalones propios, se puede causar.

El alcalde de San isidro, no conforme con estropear el ya difícil tráfico de su distrito, arremete contra los cambistas porque se dejan asaltar, prohibiendo su presencia en las calles. Acto seguido, un ministro planteó como solución para evitar los asaltos restringir el derecho ciudadano a retirar su propia plata de su cuenta bancaria. ¿Que sigue? ¿La prohibición a las minifaldas y los bikinis para evitar violaciones? ¿La prohibición de usar reloj? ¿O la de hablar por celular en las calles para evitar el arranchón? ¿Multarán a quienes salgan de casa por las noches?

Espero sea broma o error del redactor que consignó la noticia. No se combate racionalmente la delincuencia encerrando al ciudadano honesto ni prohibiéndole que ejerza su libertad, sino previniendo y sancionando al delincuente que, solo o en banda, agrede al ciudadano honesto, aquel que con sus impuestos paga al funcionario público. Una cosa es recomendar y, mediante normas legales, agilizar y abaratar el costo de mover dinero por la red, y otra pretender prohibir mover dinero en efectivo. Es lo más parecido a una rendición ciudadana.

Acerca de las operaciones en efectivo, un trabajo serio y coordinado de los ministerios del Interior y de Economía, así como de la SBS, permitiría determinar que gran parte de las utilidades bancarias provienen de la diferencia de cambio, razón por lo que los ciudadanos de a pie optamos por retirar el dinero en efectivo y cambiarlo en una casa de cambio o en la calle. No hay costo que justifique ese inmenso margen, como no hay, en tiempos de Internet, costo que justifique un cobro por remesas virtuales desde otras ciudades. ¿Por que mas bien no se legisla en materia bancaria para contribuir a la seguridad?

Para construir la ansiada seguridad, no se requieren más penas, más leyes ni sanciones más duras, que en la mayoría de los casos se tornan inaplicables por la deficiente interacción de PNP, MP, PJ e INPE; los agentes de una justicia más propia de Babel tras el castigo divino. Se requiere trabajar en la interacción entre esos agentes estatales, construir una relación funcional con los serenazgos (donde los haya) y la Sociedad Nacional de Seguridad (dueña de valiosísimo conocimiento a nivel mundial, a través de sus miembros), entre otras cosas.

Para decidirse a instalar cámaras con reconocimiento biométrico compatibles entre sí, interconectar comisarías con la vigilancia privada, interconectar bases de datos (de la PNP, el MP, PJ e INPE), y para mejorara la capacidad de alerta policial temprana desde los servicios de inteligencia, Gobierno Interior, Sucamec y Migraciones, no hacen falta facultades propias ni delegadas. Hace falta decisión y pies en la tierra.

Dardo López-Dolz