Franco Germaná Inga

La cereza del contralor

La cereza del contralor
Franco Germaná Inga
04 de julio del 2017

Sobre la destitución de Edgar Alarcón

Hoy, 3 de julio de 2017, la Comisión Permanente del Parlamento ha destituido a Edgar Alarcón del cargo de contralor general de la República, con 22 votos a favor y una abstención. Las aguas se vuelven mansas ¿Esta pax entre el Ejecutivo y el Legislativo será duradera o efímera?

Para comenzar, el suscrito es de la opinión de que la permanencia de Alarcón en la Contraloría era insostenible. Muchos serios cuestionamientos pesaban sobre él y la sombra de “chuponeador”, por más que aún no se haya probado que él haya sido responsable de las grabaciones, nunca se la iba a sacar de encima, Déja vu de los años noventas. En consecuencia, su trabajo y sus métodos siempre iban a ser cuestionados.

No exagero al decir que el contralor ha sido, al menos indirectamente, responsable de la salida de dos ministros de Estado —Vizcarra y Thorne—, ello sin perjuicio de las responsabilidades personales que ambos tuvieron. De una u otra manera, el contralor fue la expresión de la malsana polarización entre el Ejecutivo y el Legislativo, la cereza del postre. Su excesivo protagonismo y el regreso de la política del chuponeo se explican reconociendo que el fujimorismo y el pepekausismo están en una suerte de guerra fría.

Con la destitución del contralor, lo previsible es que el partido de Gobierno y la oposición se declaren la tregua momentáneamente. Después de todo, por lo menos las últimas tres semanas han sido desaprovechadas porque el debate nacional gravitaba alrededor de la figura de Alarcón y las revelaciones de audios de ministros, que tenían como común denominador la presencia de este personaje en las reuniones. No obstante, también es previsible que este periodo de relativa tranquilidad sea solo momentáneo.

La política es como un deporte de alto riesgo, es adrenalina pura. Por ende, no se puede esperar que las fuerzas políticas tengan excelentes relaciones, que todos estén juntos como hermanos miembros de una iglesia. La realidad es la realidad, y desde que el mundo es mundo y los seres humanos nos organizamos jerárquicamente, la lucha por el poder está en el corazón de la política. Dicho esto, es natural que haya ciertas puyas entre gobierno y oposición; sin embargo, lo que no es natural es que teniendo ambos grupos planes programáticos tan similares, se esfuercen en agudizar estas contradicciones.

Lamentablemente parece que cuando hay contradicciones entre el gobierno y la oposición, ambas partes las agudizan; y cuando no hay contradicciones, se las inventan porque creen que es su rol natural. El gobierno culpa al fujimorismo, el fujimorismo culpa al gobierno; yo no fui, fue teté. Hay pánico a dejar vacío el papel de contrapeso, del contreras. ¡Déjense de sonseras! Ya no estamos en kínder, se acabó el recreo. ¡Pónganse a trabajar!

 

Franco Germaná Inga

@FrancoGermana

 
Franco Germaná Inga
04 de julio del 2017

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