Úrsula Letona

La ansiada reforma electoral. ¡Un gran desafío!

Para fortalecer a la democracia y los partidos políticos

La ansiada reforma electoral. ¡Un gran desafío!
Úrsula Letona
12 de junio del 2017

Para fortalecer a la democracia y los partidos políticos

El Congreso de la República se encuentra a menos de un mes para concluir la presente legislatura, con varios temas pendientes de debate y que requieren un análisis cuidadoso antes de entrar en el proceso de convertirse en leyes porque, finalmente, lo que se busca es lograr la realización del objetivo que persiguen.

Uno de los temas más relevantes en los últimos días es el de la reforma electoral. Nadie tiene dudas sobre la necesidad de realizarla. Necesitamos perfeccionar nuestro sistema de elecciones a través de la institucionalización y fortalecimiento de nuestros partidos políticos; pero también es verdad que esta tarea implica no solo modificaciones legales ordinarias, sino que en algunos casos pueden ser necesarias modificaciones constitucionales que no pueden realizarse de forma ligera o con una celeridad irresponsable, porque el producto puede terminar siendo peor que lo que se intenta corregir.

Tomando como ejemplo experiencias pasadas, hay que ser cuidadosos de no aprobar leyes coyunturales o con evidentes intereses políticos; como ocurrió en el año 2016, cuando hasta el último momento se aprobaron leyes que crearon confusión y caos, logrando incentivos perversos para que ciertos aspirantes a la presidencia estén más atentos a descalificar a sus rivales inmediatos, en lugar de generar propuestas concretas para la población.

La reforma debe incluir a todas las organizaciones políticas, y para ello es fundamental fortalecerlas. Necesitamos partidos políticos articulados a nivel nacional, en lugar de decenas de partidos y movimientos efímeros que buscan participar en una elección para luego desaparecer. En el Congresos hemos observado cómo algunas bancadas en menos de diez meses ya estaban completamente divididas en dos o más agrupaciones. Sus voceros señalan que en el Congreso seguirían actuando como una única bancada, tal y como la población eligió; pero la realidad nos ha demostrado que eso fue una mera ficción. Esta nula o frágil institucionalidad significa una verdadera amenaza para el sistema democrático y el mismo proceso de elecciones.

La democracia al interior de los partidos es también un elemento a considerar en cualquier reforma que se proponga. Es a través de las organizaciones políticas que la democracia se ejerce y el ciudadano usa su facultad de elegir y ser elegido. Por ello, son estas mismas organizaciones las que deben incentivar que la dirección de su partido se guíe por los principios que ellos mismos deberán aplicar en caso de llegar a ser elegidos.

Teniendo en cuenta las próximas elecciones regionales y municipales, nos parece prioritario trabajar en los temas más importantes de cara a esas elecciones, y progresivamente ir complementando la reforma con otros temas relevantes que puedan reflexionarse con mayor tiempo. En el Congreso se viene trabajando sobre la regulación del cronograma electoral, el financiamiento transparente de organizaciones políticas, los requisitos e impedimentos de los candidatos para evitar sorpresas una vez elegidos, la inmodificabilidad de normas electorales en época electoral, y los asuntos de publicidad y propaganda electoral, entre otros.

La reforma no debe circunscribirse a algunas modificaciones aisladas que busquen satisfacer únicamente a unos pocos, sino que deben tomarse en cuenta todas las posibilidades, a través de un estudio exhaustivo de cada tema y buscando el objetivo de mejorar el sistema.

La idea es analizar detenidamente los cambios prioritarios en primer término, y no concluir un proyecto solamente porque el tiempo condiciona su finalización. Trabajar apresuradamente puede ser negativo si lo que buscamos es una reforma real y verdadera. Pero, a la vez, los políticos debemos demostrar a la población que tenemos la capacidad de consensuar en un tiempo razonable. Y también generar debates alturados, enfocados en la solución de la problemática de fondo y en no recaer en calificativos peyorativos que contaminan la política.

 

Úrsula Letona

Úrsula Letona
12 de junio del 2017

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