Marco Sipán

Keiko y su drama "shakespeariano"

Keiko y su drama "shakespeariano"
Marco Sipán
22 de diciembre del 2015

El dilema fujimorista en torno al futuro de la “vieja guardia”

En Francia, Marine Le Pen, ha convertido al Frente Nacional (ultraderecha) en la primera fuerza del país tras las elecciones regionales. Desde que Marine asumió la presidencia del FN, ha redirigido a su partido para hacerlo confiable, distanciándolo de su tradición autoritaria e intentando proponer un programa menos conservador. Para alcanzarlo ha sacrificado a su padre y fundador del FN, Jean-Marie Le Pen, a quien lo expulsó del partido porque “encarnaba otra época”. Con esta nueva imagen intenta que cualquier francés sea un posible elector del FN. Pero el gran cambio no ha sido ideológico, mantiene aún parte del discurso xenófobico y anti-inmigrante, el cambio mayor ha ocurrido en la percepción de los votantes, es ahí el gran triunfo de Marine y del FN.

La estrategia electoral de Keiko, es muy parecida a la Marine Le Pen, lograr que Fuerza Popular sea percibido como un “fujimorismo confiable”. Se ha puesto el polo blanco que ayudó a Ollanta a reducir el “estigma” de chavista, y con el cual intentará reducir el naranja fujimorista que más que un color es todo un concepto, que tiene como activo político el 30% del electorado, pero trae pasivos como más del 50 % de electores que el 2011 prefirió votar por el supuesto “candidato chavista” antes que por la “hija del dictador”. Keiko sabe que la economía no anda bien, que existe más de un millón de nuevos electores y que en las regiones las motivaciones políticas son más radicales. Y teniendo que disputar el mismo espacio electoral con el llamado elenco estable, audazmente intenta dar una percepción de renovación, optando por atraer al electorado de centro. Busca posicionar tres ejes discursivos y simbólicos: la lucha contra la corrupción, el respeto a la institucionalidad democrática y la protección de los derechos humanos, con los cuales espera modificar el imaginario que la ciudadanía tiene sobre el fujimorismo y que corresponden a problemas muy arraigados en el pasado fujimorista.   

En el marco de esta estrategia, Keiko ha preferido a José Chlimper y a Vladimiro Huaroc como candidatos a las vicepresidencias. Con esta fusión, la del tecnócrata liberal y líder progresista regional, Keiko se presenta como una líder convocante y concertadora. Pero así como algunas figuras le suman, otras como los legisladores Aguinaga, Chávez, Salgado y Cuculiza, que forman parte del ala "albertista", son sus obstáculos. Y esto último al parecer lo tenía claro hasta la injerencia de su padre.

La carta pública de Alberto Fujimori, que interpela a la lideresa de Fuerza Popular exigiendo cupos para los parlamentarios de la vieja guardia naranja, se ha vuelto un parteaguas ya que la interrogante que surge es ¿quién toma las decisiones, Keiko o Alberto? podrá al fin ser resuelta. Si ella acepta la injerencia de su padre, en la segunda vuelta se podría agrupar un bloque antifujimorista como el 2011 y perdería; de no aceptar esta imposición podría asegurar aliados que la aproximen a su victoria pero se resquebrajaría la relación con su mejor capital político, su padre.

Por: Marco Sipán

Marco Sipán
22 de diciembre del 2015

COMENTARIOS