Mario Saldaña

Keiko podría agradecer a Ollanta y Nadine

Keiko podría agradecer a Ollanta y Nadine
Mario Saldaña
10 de septiembre del 2015

Sobre los factores políticos que favorecerían a la candidata fujimorista.

Es cierto que hay condiciones para la aparición de un candidato sorpresa en las elecciones del próximo año. Las dos condiciones son: que irrumpa con fuerza no más allá de diciembre y que en los temas de seguridad ciudadana y reactivación económica sea lo suficientemente audaz y creíble como para capitalizar los dos factores de preocupación: la desesperación y el desgano de parte de la gran mayoría de peruanos.

Digo candidato sorpresa y no outsider a propósito. No es que alguien no medido aún por las encuestadoras no pueda aparecer (ello es factible aunque cada vez menos probable), pero a diferencia de los cálculos de los candidatos del elenco estable (los tres primeros de momento), el cuarto en disputa no tiene que ser el símil de Ollanta Humala el 2006 y 2011(anti-modelo económico, pro-estatista, etc), y tranquilamente podría salir de los que hasta el momento andan en el rubro “otros” o de los que no logran pasar la barrera del 5% de intención de voto.

Siendo ello cierto, si poco o nada se mueve en el escenario de aquí a diciembre, lo claro es que la opción que más se ha de fortalecer es la de Keiko Fujimori. Por una razón principal. Hay una suerte de trasvase directo entre la desaprobación del Gobierno y el más de 30% que de momento recibe la candidata naranja. O dicho de otro modo. Es esta última quien capitaliza más que sus adversarios el enorme desgaste y desprestigio de la gestión Humala/Heredia. Pese incluso a que hasta ahora algunas mediciones le otorgan a Alan García el calificativo de “líder de la oposición”. Es en los estratos D y E donde más se percibe el fenómeno antes descrito.

¿Qué abona a este beneficio de Keiko? Más allá de las denuncias de lavado de activos y corrupción, de las agendas de Nadine y demás (que por cierto ayudan), está la crítica situación de la inseguridad. Como el lector apreciará, este nuevo debate que se asoma sobre si se debe o no considerar como delito de terrorismo las extorsiones y el uso de armas de guerra (como las granadas que van cobrando  víctimas civiles y policiales) por parte de delincuentes comunes, contribuye a mejorar el posicionamiento y respaldo de Fujimori.

Ese trasvase se da a nivel de percepciones. Me explico: “La hija del gobernante que acabó con el terrorismo es la mejor opción para acabar con la delincuencia y el crimen”. Algo parecido a lo que ocurrió con Humala el 2011: “Que mejor que un militar para terminar con los ladrones y demás”. Pero que yo sepa, nadie todavía ha escuchado de la boca de la señora Fujimori una mínima propuesta en materia de seguridad ciudadana. Habrá que esperar.

Lo cierto es que, sin desconocer la posibilidad del candidato sorpresa, a estas alturas, el desenlace del 10 de abril se juega más por lo que este Gobierno hace o deja de hacer en los dos temas claves citados, que por el eventual cuarto en disputa.

Vistas las cosas así, es más lo que el fujimorismo tiene que agradecerle a Humala y Nadine que lo que tendría que reprocharles. Salvo que el Presidente decida indultar a Alberto Fujimori y a Antauro Humala; eso sí sería una declaratoria de guerra.

Por: Mario Saldaña C. (@msaldanac)

 
Mario Saldaña
10 de septiembre del 2015

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