Yesenia alvarez

Izquierda, religión y unión civil

Izquierda, religión y unión civil
Yesenia alvarez
17 de abril del 2015

Sobre la decisión del Congreso que archivó proyecto de ley de la unión civil.

Nuevamente nuestos congresistas demuestran lo poco que saben de democracia, de libertades y de respeto por las minorías. Mientras Chile, un país que consideramos más conservador, promulga la unión civil, una comisión de nuestro Congreso archiva la reconsideración del proyecto.

Esta vez el lobby homofóbico ha sido más fuerte en el Perú. Las declaraciones de los congresistas Rosas y Tubino, además de retrográdas y fanáticas, no hacen más que vulnerar la unión familiar del país porque saben muy bien que los homosexuales no viven aislados, vienen, son parte y forman familias. Así que su discurso “en defensa de la familia” es artificioso y promueve el odio.

Es paradójico que los religiosos que hablan de amor al prójimo sean los más obtusos provocadores de la discriminación. Hay que enseñarles el respeto y la tolerancia que ellos presumen practicar.

En la próxima lucha debemos convencer a más personas, y evitar que la izquierda, siempre tan visceral, se vanaglorie como única legitimada para defender esta bandera. Si queremos sumar y ganar una libertad tan importante, su defensa debe ir más allá de las ideologías y de las calles.

Particularmente encuentro incoherente que algunos activistas de la unión civil son incapaces de pronunciarse contra la violación de derechos humanos en Cuba o Venezuela. Por eso no reciben apoyo de las personas que creen que las libertades se defienden plenamente venga de donde venga su abusador, sea de izquierda o de derecha.

La defensa de la libertad y de los proyectos de vida de los demás, deben sustentarse no solo en las calles sino dialogando y educando. Es positivo que un 51% de peruanos se haya mostrado en contra de que se haya archivado el proyecto de unión civil entre personas del mismo sexo, por lo que hay allí un amplio sector de la sociedad civil con la que hay esperanza de contar y trabajar.

Los religiosos no salen bien parados en este debate de la unión civil. Ya demostraron que no legislan para todos sino que quieren imponer sus creencias cuando están en el poder. Y por más respetuosa que yo sea de las diferentes creencias religiosas, no puedo dejar de criticarlas como perniciosas cuando se vuelven antidemocráticas y enemigas de la libertad.

Los religiosos son libres de horrorizarse cuando dos hombres o dos mujeres buscan unirse en matrimonio, pero no pueden usar su posición parlamentaria para imponer sus creencias y negar la oportunidad a una iniciativa que garantiza la igualdad ante la ley del amor heterosexual y del homosexual. Si a los religiosos no les gusta el matrimonio homosexual, pues, sencillo, no lo tengan.

Nos viene bien que a puertas de las próximas elecciones convenzamos a los ciudadanos que no elijan perfiles homofóbicos para el parlamento, ni candidatos que quieren imponer sus creencias a los demás. Estoy segura que el 2016 les pasará la factura a los que mezclan el poder con la religión. Estaremos allí para recordarles que tan malos fueron con el prójimo.

Por Yesenia Alvarez*
17 - Abr - 2015 * Directora del Instituto Político para la Libertad www.iplperu.org  

Yesenia alvarez
17 de abril del 2015

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