Guillermo Vidalón

Islay: ejemplar estado de emergencia

Islay: ejemplar estado de emergencia
Guillermo Vidalón
10 de junio del 2015

La seguridad ha vuelto a esa provincia, y con ella la libertad y la paz.

Después del abuso, desorden, muerte, destrucción y extorsiones que padeció la población de Cocachacra, en la provincia de Islay, región Arequipa, la tranquilidad ha retornado.  La declaratoria del Estado de Emergencia ha sido el instrumento jurídico que ha permitido a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional brindar las garantías que la población demandaba para retornar a sus labores habituales. Se ha realizado la cosecha del arroz sin necesidad de pagar cupo alguno, se han reiniciado las clases escolares, el Ministerio de Educación ha programado la recuperación de las horas perdidas, y se están programando acciones cívicas en beneficio de los habitantes del valle de Tambo.

Contrariamente a las expresiones de quienes desataron la violencia y solicitan que se levante el Estado de Emergencia para volver a tomar carreteras, cobrar cupos y atacar la propiedad pública y privada, el restablecimiento del orden se ha convertido en sí mismo en una acción cívica ejemplar. Hoy la población tiene la seguridad de que las acciones delictivas han cesado y espera que nunca más se repitan.

Como se recordará, dirigentes del partido político Tierra y Libertad, que encabeza el antiminero Marco Arana, difundieron en el valle información falsa contra el proyecto minero Tía María, que causó zozobra y legítima preocupación en dicha provincia.  Posteriormente, se descubrió cuál era la verdadera intención de al menos uno de los dirigentes: enriquecerse ilícitamente empleando la extorsión.

Como suele ocurrir en estos casos, Arana ha declarado que desconocía las acciones de su compañero de ruta. Sin embargo, trabajaban juntos, lograban acuerdos juntos, coordinaban acciones en conjunto. Todo esto me hace recordar a la tristemente célebre frase del hermano de un gran narcotraficante de comienzos de los años 80: “Soy su hermano, pero no sé nada”.  Claro, vivían juntos, almorzaban juntos y cenaban juntos. ¿Alguien le creyó? Dicen que la historia se repite dos veces, ‘la primera como tragedia y la segunda como farsa’.

¿Qué pasó en Cocachacra? Los grupos políticos que se oponen al proyecto Tía María habían conformado una fuerza de choque que aplicó prácticas paramilitares para enfrentarse violentamente a la Policía Nacional, hiriendo a muchos policías. En simultáneo, amedrentaron y agredieron a los pobladores que opinaban que la minería es una oportunidad de desarrollo para su localidad.  Bajo tales condiciones de amenaza y violencia, fue imposible difundir información o establecer un diálogo que permitiera absolver las inquietudes que podrían existir.

Un Estado de Emergencia ejemplar, como el que vemos en hoy en Islay, está permitiendo identificar a los violentistas y entregarlos a las autoridades respectivas. De esta manera el Estado está dando un mensaje disuasivo a quienes estén pensando en restaurar el caos.  Lamentablemente, en el nombre del ambiente y del pueblo, se han cometido innumerables hechos delictivos.

Por: Guillermo Vidalón del Pino

10 – Jun – 2015

Guillermo Vidalón
10 de junio del 2015

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