Inmensa obra de José Miguel Oviedo

“Historia de la Literatura Hispanoamericama”, formidable, indispensable libro de cabecera

Había una vez un joven crítico literario y profesor universitario nacido en Lima. Muy amigo de Sebastián Salazar Bondy, de Luis Loaiza y Abelardo Oquendo, muy pronto destaca por su prosa límpida y sus juicios acertados. Luego, profesor en la PUCP, explica a Palma, a Martí, realiza diversas antologías, entre ellas de la poesía peruana de los años 70 (Esos 13) antes de establecerse definitivamente en USA. En 1988 es designado Trustee Profesor en la universidad de Pensilvania. En los últimos años, se le sabía enfrascado en una obra decisiva. Se llama José Miguel Oviedo.

Una de estas tardes fui a dar una vuelta por librerías limeñas. Soy de los que no van a comprar un libro sino a ver qué hay, el placer de la sorpresa. Librerías que merezcan ese ejercicio no son muchas: Sur, Crisol y La Familia. En esta última me doy con uno de tapa azul, bien editado por Alianza Editorial que me llama la atención. Lo hojeo, sí pues, esa operación de escarceo, antes de comprar. Es lo que hice y la verdad es que me quedé pasmado. A vuelo de pájaro había visto desfilar la integridad de una literatura.

Oviedo es el autor de una «Historia de la literatura hispanoamericana». Es decir, de un Everest de la literatura mundial. Trabajo panorámico, el tomo IV —el único que he conseguido— comienza con Borges, la literatura fantástica, y sigue con Rulfo y Arguedas. Luego “tres grandes”, Lezama, Cortázar y Paz. Obra gigantesca y sin embargo minuciosa, Oviedo reúne a Ribeyro y Monterroso. Estudia el “boom”, y la posteridad del “boom”. Y el fin de siglo, incluso más allá del idioma, el bilingüismo. Y se despide, no sin celebrar a algunos nuevos poetas peruanos, Abelardo Sánchez León, a Verástegui. «Al cerrarse el presente capítulo, se cierra esta obra misma». Entre tanto, ¡qué obra tan extraordinaria!

Por mi parte, no soy dado a ditirambos y elogios. Pero esta vez no hay que escatimar el elogio. Obra y autor lo merecen. Historias universitarias de la literatura hispanoamericana, de hecho las hay, en castellano, inglés y francés. Pero ocurre que Oviedo es crítico literario y él mismo gran escritor. Páginas que dedica a Borges, a su “sistema y estrategia”, son sencillamente magistrales (15-37). Y las del “orbe barroco” a Lezama Lima (146-155). Y a García Márquez (289-302). Y lo mismo ocurre cuando aborda a Carlos Fuentes desde el tema “del tiempo”. Y tiene razón, obsesión permanente en este gran escritor mexicano que bien pudo también merecer el Nobel. Las páginas sobre Vargas Llosa las ve desde las “jerarquías de la realidad y el poder” (316). Si se lee uno y otros textos, se descubre a Oviedo escritor.

José Miguel Oviedo y su trato cordial y crítico de una docena de grandes autores, aunque con el inmenso Paz —poeta, pensador—, un poco que tira la toalla. Paz se escapa a los campos del pensamiento, es algo más que literatura, pero eso es otro tema. Ciencias históricas, sociales, filosofía, tareas pendientes para la inteligencia americana, otro asunto. Otro siglo. El presente.

En fin, esta obra de Oviedo, nacida en universidades de lengua inglesa y a la vez dotada de sensibilidad latinoamericana es obra de dos orillas, en su caso, doblemente valiosas. Al análisis académico le acompaña siempre la voz personal del autor. Finis coronat opus. ¿El fin corona la obra? Hasta las líneas finales se ocupa de la “onda” mexicana. Del rock, la música tropical, de la influencia de Kerouac. Es un mundo tu libro José Miguel. Me lo llevaré a cada casa que habite. Libro de cabecera, indispensable. Del fondo del alma, gracias. Me atreveré a decir, en nombre de muchos.

Por Hugo Neira