Indecopi municipal

Se necesita medir la eficiencia de los gobiernos municipales

Cuando fui elegido regidor de la municipalidad de la Victoria, en 1989, aprendí que solo las empresas privadas pueden ser declaradas en quiebra, y que las municipalidades nunca, por más que estén totalmente quebradas. Mi empresa INTERDENIM fue liquidada en INDECOPI. Muchas empresas viables eran quebradas al no existir entonces el "concurso previo", procedimiento que hoy permite reunir a los acreedores y deudores para reestructurar y evitar que cierren aquellas empresas que tienen mercado y son viables.

Lo que encontré en la Municipalidad de La Victoria fue un escenario mucho peor de la que tenía mi empresa recientemente liquidada. Deudas que superaban los 10 años de ingresos, ingresos que no alcanzaban ni para pagar sueldos, y una planilla sobrevalorada, excesiva, que no dejaba ningún recurso para hacer obras.

El Perú se transforma a partir de la década de los noventa, se privatiza el sector público dejando de perder millones de dólares por la ineficiencia de las empresas estatales. Asimismo se creó INDECOPI, en el que el sector privado encontró un mecanismo de factibilidad para paliar la crisis en que estaba. Los bancos también emitieron bonos por más de $500 millones de dólares, que el Estado compró, para mejorar su cartera pesada. Sin embargo en el sistema municipal no se efectuó ninguna reforma.

Efectivamente las municipalidades son entes medievales, solo importa que los documentos tengan "siete sellos" para que todo sea conforme. Tenemos 43 distritos en Lima, cada uno con su reyezuelo de turno. No existe información que nos permita compararlas por su nivel de eficiencia. Algunos municipios usan el 100% de sus ingresos corrientes en gasto corriente. Recuerdo que en ese entonces La Victoria pagaba 70 soles por tonelada de basura recogida y la Municipalidad de Lima le pagaba a Relima 220 soles por tonelada; la diferencia mensual era del orden de los 900,000 soles. ¿Ineficiencia o corrupción?

Estamos ad portas de un nuevo proceso electoral, y los focus groups orientan a los candidatos: que primero la seguridad, o el transporte, o lo que aconseje el marketing político.

Como elector no siento ninguna emoción en seguir eligiendo a vendedores de promesas sabiendo que sin una verdadera reforma municipal las cosas no cambiarán. Pareciera que hemos olvidado que las municipalidades se crearon para canalizar los recursos de la colectividad a favor de la propia colectividad, no ara favorecer de su burocracia. Los servicios de limpieza pública, de serenazgo, de regado de parques, podrían en muchos casos hacerse a costos muy inferiores a los que hoy están sometidos los vecinos por la falta de modernización del sistema municipal.

Es hora de que los vecinos podamos comparar los costos de la administración. Quisiéramos que los ratios de los servicios que recibimos sean de conocimiento de todos, para así poder diferenciar un municipio eficiente de uno que no lo es, y seguramente crear un Indecopi Municipal que ayude a modernizar o reestructurar nuestras alicaídas municipalidades.

Por Guillermo de Vivanco