Ideología y conflictos sociales

¿Alguien en sano juicio cree que radicales defienden en verdad el medio ambiente?

El año 2007 estuve en el distrito de Carmen de la Frontera- Sapalache, provincia de Huancabamba, cubriendo el referéndum organizado por las rondas campesinas y apoyado por una red de instituciones y ONG´s bien construida y articulada desde el bajo Piura con tentáculos hasta Lima. Aquel remedo de “licencia social” determinaría si el proyecto minero Río Blanco continuaba en pie. Conversando con el amable presidente de la ronda local le pregunté si su oposición a la minería valía para los informales localizados en medio de la carretera a Huancabamba. Su respuesta fue contundente: “son mis hermanos, los conozco, no podría sacarlos”

Hay un problema ideológico no resuelto en el país. De eso depende, entre otras cosas, la cultura económica: cómo se crea la riqueza. Algunos piensan que la creación de la riqueza es una vil maniobra de los poderosos contra los desprotegidos, surge entonces la explotación. De eso está hecho el discurso que proviene de la izquierda en Conga y en Tía María, la contradicción dialéctica entre ricos contra pobres.

¿Alguien en su sano juicio cree que Patria Roja, Tierra y Libertad, radicales sumados de otros partidos, o el juicioso presidente de la ronda en Sapalache defienden genuinamente el medio ambiente? En absoluto. Si la minería cayera en manos de empresas del estado, ellos defenderían a toda costa el derecho a la riqueza y la liberalización de las fuerzas productivas, como reza en los cánones del marxismo. Al final del día la reflexión que ronda es que el asunto (con muertos, heridos y traumas) no tiene como base una posición irrenunciablemente ambientalista, es una cuestión ideológica. Tampoco se trata solo de repartir “lentejas” y así acabar con los conflictos, como sugiere cierta prensa. El telón de fondo del esperpento puesto en escena es que algunos (la izquierda) construyen discursos desde identidades diversas teniendo como primer argumento la batalla ideológica clasista, ampliando la invitación hasta el poderoso sector de productores de cebolla local del valle del Tambo, capitalistas al fin y al cabo, como en el caso de Islay.

Y en este juego sucio y macabro de ricos contra pobres, el estado es la expresión de la “superestructura” del “neoliberalismo”. Ollanta posa en CADE con los mercantilistas llenos de “intereses y no de principios” como sugiere el liberal Enrique Ghersi y una fotografía con la Confiep basta para asociar la defensa de los privilegios empresariales por el estado. Todo entra por los ojos. Se necesita construir un mensaje nuevo desde el estado, un compromiso con el capitalista popular, tan peruano y capitalista como son los Brescia o los Benavides. En esta trama está Hernando de Soto.

“Conga va, pero con nosotros” es tratar de construir un mensaje alternativo donde el estado de señales claras de que no defiende a la Confiep ni representa a los intereses particulares de la gran minería. Cuando el estado y sus instituciones hablan de “formalizar” -que es lo mismo a pagar impuestos- pierde una enorme oportunidad de decirles a la mediana minería “forjemos una alianza”.

La ideología que domina, articula y organiza los conflictos sociales es la lucha contra el rico explotador y no la defensa del medio ambiente. Mao decía que “el que sea correcta o no, la línea ideológica y política lo define todo”. El desarrollo también es una lucha ideológica ¿cuál es la propuesta frente a la izquierda?

Por Iván Arenas
12 - May - 2015