Juan Carlos Valdivia

Hipotecados

Hipotecados
Juan Carlos Valdivia
01 de junio del 2015

Hipotecarse a un país ajeno es un hecho que atenta contra soberanía nacional.

¿Qué sucedería si se descubre que un candidato presidencial peruano ha venido recibiendo generosas transferencias de dinero desde Chile? Digamos que de empresas poco conocidas, y que sus líderes han recibido directamente dinero sustentado en extraños contratos y en sospechosos giros bancarios. Por lo menos merecería una severa investigación, pues podría estar en cuestionamiento un intento de violar la soberanía nacional a través formas supuestamente legales.

Las informaciones que han aparecido ayer, respecto a transferencias encubiertas de dinero desde Caracas, así como un registro de innumerables llamadas telefónicas realizadas por la señora Nadine Heredia a Venezuela, Nicaragua y Ecuador (países del círculo bolivariano), tal como ya fue aceptado por el Presidente Humala, no deberían ser materia de discusión política sino de persecución judicial.

Ahora recuerde lector las veces que Ollanta Humala ha tenido una actitud sumisa –por usar un término educado- con la dictadura chavista que manda en Venezuela. Como cuando retiró al canciller Roncagliolo ante la sola insinuación de Nicolás Maduro o las veces que ha salido corriendo de Lima para no recibir a dirigentes de la oposición venezolana. O el aval que nuestro país ha otorgado a la dictadura chavista en el sistema interamericano. ¿Se ha dado cuenta que los dos ministros que se reunieron con las esposas de políticos venezolanos secuestrados por la dictadura fueron retirados del gabinete a los pocos días?

El gobierno de Humala parece secuestrado por la dictadura chavista. Y lamentablemente es el gobierno del Perú. Pareciera que hemos hipotecado nuestra conducta internacional por unos cuantos millones de dólares que la familia Humala Heredia recibió para hacer realidad su sueño de vivir en palacio de Gobierno.

La Ley de Partidos Políticos, en su artículo 31°, señala cuales son las fuentes de financiamiento prohibidas para esas organizaciones. El literal c) del artículo dice: “Partidos políticos y agencias de gobiernos extranjeros, excepto cuando los aportes estén destinados a la formación, capacitación e investigación”. Lo que se quiere evitar es la intromisión foránea en los procesos electorales para que el gobernante que sea elegido y sus decisiones no estén sometidas a una voluntad extranjera.

Pero ya los indicios son muchos como para que puedan dar una explicación. La tarjeta de crédito con gastos suntuarios de la esposa del Presidente. O las refacciones hechas a la vivienda de los Humala Heredia por más de 150 mil dólares. O las compras de inmuebles, también conocidas ayer. O los viajes a Panamá y a Europa de la señora Heredia y sus relacionados cercanos. ¿Qué se necesita para que se les procese judicialmente?

En la Colonia se decía: “sacristán que vende cera y no tiene cerería, de dónde pecata mía, sino es de la sacristía”. El problema es que en el caso de los Humala podría ser –tal como se viene demostrando- de una sacristía venezolana. Hipotecarse a la dictadura chavista es un hecho gravísimo que atenta contra la soberanía nacional, por lo que debiera ser revisado con responsabilidad por el Congreso.

 

Por Juan Carlos Valdivia

1 – Jun – 2015

Juan Carlos Valdivia
01 de junio del 2015

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