Raúl Mendoza Cánepa

HEAD HUNTERS

HEAD HUNTERS
Raúl Mendoza Cánepa
30 de enero del 2017

Empresas “caza talentos” especializadas en política partidaria

No es un secreto que ad portas de una elección los partidos la ven verde para captar cuadros de calidad. Muchas veces los partidos, especialmente los relativamente nuevos, son solo etiquetas y locales de paso. En algunos casos los “llamados” tienen patrimonio suficiente para levantar una campaña o son amigos de la dirigencia. Peruanos por el Kambio es un ejemplo de partido cascarón, sin una élite propia de por medio. En este caso, PPK es apenas un invitado, como lo son sus técnicos y como lo es su bancada. Aves de paso, pocos son los que tienen una filiación de raíz.

Los partidos son clubes electorales y en algunos casos materia en descomposición o extinción. El caso Odebrecht ha tirado por tierra el sueño de muchos que se creían llamados a liderar las organizaciones. Y preocupa que las alternativas no tengan idea de lo que deben hacer para presentar candidatos a los gobiernos regionales y locales con señas profesionales de alta competitividad. Ni qué decir de las elecciones al Congreso en el 2021.

Existen algunos partidos (ya no sé si pluralizar) con núcleos duros electorales y futuro de largo alcance (como Fuerza Popular, que debiera ir ya reclutando cuadros propios). Y entusiasma que se proyecten algunas promesas, como el Partido Morado. Es promisorio que algunas de estas organizaciones, incluso, se preocupen en formar cuadros. Sin embargo, no son las escuelas políticas las que van a dar buenos frutos. Ocurre como en las malas universidades, poco importa el buen nivel de los maestros y los buenos contenidos si no hay rigor en la admisión de los estudiantes. Y a la inversa, es el rigor del ingreso lo que hace finalmente a una buena universidad. El ranking de centros académicos coincide con esta afirmación. A los buenos políticos del futuro no se les aguarda, hay que salir a reclutarlos.

Es una práctica de los partidos y organizaciones públicas en Estados Unidos, y podría ser una práctica en el Perú si es que se creara el oficio de head hunters partidarios. Cazadores de talentos que recorran los ambientes académicos y técnicos, las universidades, los ministerios, las empresas, los colegios profesionales, la judicatura, etc. Ir tras lo mejor, hacer una buena selección con posterior alineación, es una manera de cambiar la política y la función pública en el Perú. En Estados Unidos los magistrados alcanzan la cumbre, más que por carrera, por una excelente trayectoria en el derecho. Integremos esta racionalidad a la política, obviamente respetando la tendencia ideológica de cada aspirante.

Leo de una agencia estadounidense: “PoliTemps proporciona a las organizaciones un personal de alta calidad y profesional astucia política, además de habilidades incomparables en comunicaciones, administración y tecnologías de la información. Desde 1996, PoliTemps se ha triplicado en tamaño y ha sumado personal para la colocación y el reclutamiento político. PoliTemps cuenta entre sus clientes a una lista de primer nivel de los principales consultores políticos, empresas de relaciones públicas, asociaciones y organizaciones sin fines de lucro en el área (Washington D.C.)”.

Capital Works: “Una firma de búsqueda ejecutiva en Washington D.C., enfocada en reclutar profesionales de relaciones gubernamentales y liderazgo ejecutivo para organizaciones activas en asuntos públicos”. Desde luego, la filiación política combina más elementos: el afecto partidario, la fe en el ideal político, el feeling con la dirigencia, entre otros. Sin embargo, no conviene descartar la idea, dado lo ralo del capital político con que se cuenta. Los head hunters políticos deben ser filtros, impedir que en el escenario ingresen personajes con antecedentes o con trayecto que pueda espulgarse, con consecuencias indeseables para una campaña y una gestión. Capital Works afirma que “reúne información acerca de la reputación de un cliente y sus valores... evita conflictos de interés. También comunicamos las ‘malas noticias’ de las decisiones de empleo para preservar las buenas relaciones de trabajo de un cliente con el gobierno”.

Después de todo lo que vemos y ante el descrédito de muchos por las revelaciones que esperamos tras Odebrecht, este negocio no sería, después de todo, una mala idea. Buscar un hombre capaz, que supere la competencia de la responsabilidad asignada es difícil; pero no más difícil que tantear como Diógenes y su linterna a un hombre honrado.

Por Raúl Mendoza Cánepa

Raúl Mendoza Cánepa
30 de enero del 2017

NOTICIAS RELACIONADAS >

Museo de historia natural

Columnas

Museo de historia natural

El Perú se ha convertido en un museo de historia natural. La ge...

15 de abril
¡Harto!

Columnas

¡Harto!

Estoy harto de una clase política que, desde el Gobierno y el C...

08 de abril
El Perú es una apuesta

Columnas

El Perú es una apuesta

Es curioso. Salen los suplentes al estadio, le toca a Oliver Sonne y l...

01 de abril

COMENTARIOS