María Cecilia Villegas

¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar?

¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar?
María Cecilia Villegas
17 de marzo del 2016

Intolerancia en contra de candidatura fujimorista

En un estado de derecho todos los ciudadanos tienen libertad para expresar sus opiniones, juntarse en grupos y salir a manifestarse. Siempre y cuando dichas manifestaciones no incurran en violencia. En días recientes ha comenzado una campaña feroz contra la candidata Keiko Fujimori con la intención de impedir que llegue a Palacio. Y si para ello es necesario recurrir a cambiar la historia del Perú, están dispuestos.

También están dispuestos a recurrir a la violencia. Hace unos días, contra-manifestantes en la ciudad de Cusco irrumpieron con palos y piedras contra los simpatizantes de Keiko Fujimori. Ella se vio obligada a dar por terminado el mitin y retirarse. Unos días antes en Arequipa habían llegado al aeropuerto y entre insultos y escupitajos recibieron a la candidata y su comitiva. Y al más puro estilo Montesinista, que tanto critican pero que bien aprendieron, solo hicieron públicas las escenas de los videos donde los fujimoristas reaccionan descontrolados. Los insultos, los cuestionamientos a la calidad moral de Keiko Fujimori y los constantes ataques personales son cosa de todos los días.

Están dispuestos además a irse contra las instituciones y cuestionar la legitimidad del proceso electoral, porque al hacerlo cuestionarán la legitimidad del próximo gobierno. Ello en el entendido de que sea Keiko Fujimori quien gane. Una desbocada Nadine Heredia muestra su desesperación con cada tuit. Sin asesores, sin candidato y viendo que se le acaba el reinado, no encuentra mejor salida que atacar a las instituciones del gobierno de su marido. Y hacer que este, el Presidente del Perú, sometido a su desesperación, firme un comunicado que pone en duda la capacidad e imparcialidad de las instituciones electorales y la transparencia del proceso. Nadine debe ver en Brasil un ejemplo de cómo la inmunidad y el poder político no son eternos. Luis Inazio Lula Da Silva se ha visto obligado a aceptar un ministerio para tratar de frenar en algo la investigación  que se le sigue por corrupción en el caso Lava Jato. Investigación que por cierto, podría incluir al presidente peruano y a su mujer.

En su última columna, Cecilia Valenzuela (EC 16.3.16) sostiene que el Director de Inteligencia del Ejército General Marcelo Velarde, compañero de promoción del Presidente Humala, habría convocado a Lima a los 24 jefes de las unidades de inteligencia del ejército para participar en una asamblea "los riesgos y escenarios del proceso electoral 2016". Añade Cecilia que su fuente le habría dicho "desde los tiempos de Montesinos no se movía a los jefes regionales de las unidades de inteligencia del ejército a nivel nacional para ver temas electorales." Una segunda fuente habría confirmado que por órdenes del presidente el Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) estaría haciendo encuestas en todo el país.

También están dispuestos a utilizar instituciones. La fiscalía ha iniciado una investigación sobre los aportes de campaña que se hicieron a Fuerza Popular en el 2011. Para ello se está citando a los aportantes a declarar. ¿No es extraño que esto ocurra a tres semanas de la primera vuelta donde la candidata que lidera las encuestas sea Fujimori?

Todos los ciudadanos tienen derecho a preferencias políticas, a opinar en contra de candidaturas y si quieren trabajar para impedir que alguno llegue a Palacio. Pero deberíamos preguntarnos si para ello estamos dispuestos a atentar contra la democracia y las pocas instituciones que hemos construido.


MARIA CECILIA VILLEGAS

Fotografía: Renzo Salazar
María Cecilia Villegas
17 de marzo del 2016

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