Hablemos de cine peruano

Sería magnífico que en el Perú pudiera surgir una industria cinematográfica

Propongo dejar por un momento el escenario político peruano -¿excesivamente conmocionado por un clima pre-electoral manifiesto?- y abordar algo diferente pero importante también: el cine. Hace algunos días se anunció la lista de los candidatos al Oscar y dentro de la nomina de películas que compiten por el premio al mejor largometraje extranjero, encontramos una película magnífica titulada “Historias Salvajes”.

El cine latinoamericano ha evolucionado y está encontrando fórmulas importantes para atraer a las audiencias y emplear mejores técnicas argumentativas. “El Secreto de Sus Ojos” fue, en ese sentido, uno de los ejemplos claros de buen cine en nuestra región hace algún tiempo. Eso nos debe hacer reflexionar sobre el cine peruano. No existe duda que el cine peruano está llamando más la atención. Algunas películas atraen cantidades impresionantes de espectadores y eso motiva a que existan nuevos emprendimientos cinematográficos.

Sin embargo, suele existir un prejuicio contra el “cine fácil”, esto es, aquél cine que se aparta de esos discursos densos o de esas tramas y mensajes cargados de contenido. ¿Qué cine debe promover la política pública? Lo cierto es que si queremos que el Perú tenga una industria nacional de cine, debemos promover cualquier tipo de cine… sin prejuicios. En muchas oportunidades he escuchado públicamente comentarios despectivos hacia determinado tipo de productos cinematográficos… pero no es posible afianzar una industria si no le damos a la gente lo que quiere ver.

La oferta responde a la demanda y no a la inversa. Muchos políticos suelen creer que implementando cuotas obligatorias o apelando a subsidios específicos se solucionan problemas que solo el mercado puede atender de forma sustantiva. ¿Por qué no otorgamos facilidades tributarias para que las personas puedan conducir, en general, negocios en nuestro país? Sería magnífico que en el Perú pudiera surgir una industria de la cual podamos sentirnos orgullosos… una de que nos regale no solo una película que represente dignamente a nuestro país en contiendas internacionales sino que, además, atraiga masas a las salas de cine.

Por Gustavo Rodríguez García
(26 - Ene - 2015)