Marco Sipán

Habla Castañeda ¿vas o no vas?

Habla Castañeda ¿vas o no vas?
Marco Sipán
29 de noviembre del 2016

Las posibles candidaturas a la alcaldía de Lima

Estamos finalizando el 2016 y es inevitable pensar en las elecciones del 2018. Como sabemos, con la Ley Nº 30305 se estableció la “no reelección inmediata de autoridades de los gobiernos regionales y de los alcaldes”. Sin embargo, la gente en la calle cree que cambiarán la ley, que seguramente el mudo alcalde otra vez candidateará, que sus amigos los fujimoristas —con su mayoría— le darán una mano desde el Congreso. Claro que podría suceder, en política nunca nada está dicho.

Ahora, otra cosa en la vida que es tan imprescindible como la política es la salud y lamentablemente Castañeda estaría pasando por algunos embates. Hace poco más de una semana sufrió un paro cardiaco y fue llevado al hospital Guillermo Almenara, donde fue intervenido de emergencia. Luego de unos días fue dado de alta y al salir dijo: "Estoy renovado y con muchas ganas de trabajar". ¿Habría sido más una postura mediática? No lo sabemos. Pero es fácil de deducir que el ritmo de la política municipal lo está desgastando. De contar con la habilitación legal ¿Castañeda podrá estar en condiciones físicas y mentales para enfrentar una campaña electoral que está a la vuelta de la esquina?

Seguramente algunos de los más preocupados por la salud del señor alcalde son sus funcionarios y sus amigos empresarios, dispuestos quedarse luego de los comicios del 2018. Días antes del debilitamiento de su salud, las encuestas de Ipsos señalaban una caída de 13 puntos en la aprobación a su gestión, que pasó de 67% en octubre a 54% en noviembre. Sin duda esto habría sido uno de los detonantes de ese resquebrajamiento.

Hoy una candidatura de Castañeda tiene más de un flanco frágil. Mientras sortea viejas denuncias —a las cuales se les suman otras nuevas, como lo del proyecto RÍo Verde y el incendio de Cantagallo—, Castañeda tiene que enfrentarse a la sociedad civil que está organizándose en la campaña “Habla, Castañeda”, recogiendo firmas para que el burgomaestre responda un cuestionario de preguntas sobre los presupuestos de algunos proyectos, de los cuales no se han rendido cuentas. A esto tiene que sumársele este duro revés a su salud, que hasta ahora ha sido más dañino que cualquier contrincante político.

De los competidores para los próximos procesos electorales municipales que tendría Castañeda, encontramos al aprista Enrique Cornejo, quien tiene mayor posicionamiento y que cada cierto tiempo critica a la actual gestión —en especial con el tema de los Juegos Panamericanos venideros— y que en las últimas elecciones sorprendió con un ascenso en el último tramo, concentrando a los electores opositores al actual burgomaestre. Sin embargo, el Apra no lo respalda orgánicamente, y es esa misma relación con el partido de García la que puede frenar su candidatura.

Por el lado de las izquierdas, la nueva organización anunciada por Verónika Mendoza, recién inicia su recolección de firmas a nivel nacional y, al no tener inscripción electoral, no podrá disputar de manera directa en Lima metropolitana. Con respecto a Tierra y Libertad —luego de la renuncia de más de un centenar de militantes, incluyendo a sus cuadros más visibles—, su líder Marco Arana intenta buscar un posicionamiento mediático y articular a sus bases. Pero como estas bases no son muy amplias en Lima, tampoco podría armar una lista completa. Si siguen con la actitud de preferir desarrollar sus fuerzas, sin mezclarse con el resto, solo les espera la marginalidad.

Las fuerzas que se agrupan en ÚNETE (Patria Roja, PC Unidad, Fuerza Social y Ciudadanos por el Cambio) intentan recolectar firmas en Lima para poder inscribir una nueva organización con el nombre de Avanza Lima. Pero la recolección de más de cerca de medio millón de firmas, para que sean validadas cerca de 200,000, hace casi imposible tal hazaña. El tiempo y los recursos son también una variable a considerar, pues de lograrlo habrían perdido ambos (tiempo y recursos), y la participación entraría en desventaja con respecto a las candidaturas ya definidas.

La otra fuerza política popular es Más Democracia, que llevó como candidato a la presidencia a Gregorio Santos y que participará en los procesos electorales del 2018 a nivel nacional. Esta agrupación tiene pendiente aún la designación de alguna candidatura en Lima. La idoneidad para las izquierdas sería la participación conjunta y con un candidato elegido en elecciones primarias.

La amenaza proviene de las maquinarias electorales, como la de César Acuña, que en este vacío político podrían articular a los brókers populares en Lima y mantenerlos sujetados también para el 2021.

 

Marco Sipán

 
Marco Sipán
29 de noviembre del 2016

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