¿Fujimori versus Fujimori? Divide y vencerás

Aunque a muchos pueda sorprenderlos, molestarlos, causarles gracia o asco, supongamos que Kenji va por los votantes "antikeiko" y los "descorazonados" por PPK, Vero y Humala. Y que además pretende llevarse al fujimorismo fundacional de Fuerza Popular.

Supongamos un plan, de ambos, de alcanzar un Fujimori vs Fujimori para segunda vuelta, que frene a la izquierda radical, outsiders y partidos "tradicionales" (como si ya el fujimorismo no fuese parte del establishment). Pero insisto, supongamos que persiga conquistar a los antifujimoristas lights (los evangelice por descarte) y tome a los progres urbanos como séquito con su cover de "Todos somos minoría". Supongamos que Keiko se queda con el fujimorismo fuerzapopulista (el suyo que, insisto, es establishment) y Kenji, paradójicamente, con buena parte de los albertistas y otro tajo de los antikeiko.

No, no es tan descabellado. Los albertistas seguirán lo que diga el padre, y además saben que Kenji ha sido un "hijo fiel". Los antikeiko son mayoritariamente una camada post-Alberto, creada desde 2011... y muchos, incluso, no vivieron la época de Alberto Fujimori realmente. Son "antifujimoristas" por inducción, no por elección. Y siempre pueden pensar que Kenji no es Alberto, que el Perú de 1990 no es el de 2020. Y no lo es.

¿Hasta dónde Kenji podrá ponerse y quitarse el apellido a conveniencia? ¿Será realmente necesario o la corta memoria popular será suficiente?

Si la dinastía Fujimori ha pensado esto o no, no lo sabremos hasta que la historia sea historia. Pero es una posibilidad política que deviene en un plan para cogobernar el Perú por un largo periodo... Tendríamos un fujimorismo gobierno y uno de oposición, con suficiente rivalidad y espacio para maniobrar, negociar y zanjar.

¿Quién dice que el poder se trata de ser solo gobierno? La política real es sobre poder, sobre dirigir masas, sobre persuadir comportamientos... no solo sobre elecciones, sino todo el componente de relaciones económicas y sociales en perpetua interacción.

El voto opositor al fujimorismo —el blando, el aprendido, el inducido— está seriamente golpeado en su bando por el "odebrechtismo" (corrupción) y la inacción estatal. Hablamos de una masa de baja cultura político-partidista y con una cohesión sustentada en el rechazo más que en la adhesión a programa político alguno. Es antipartido. (Y Kenji lo está siendo por estos días). La masa es utilitarista, lo que la ha hecho migrar de preferencia electoral o abrirse a los outsiders. El antifujimorismo duro seguirá la preferencia contraria al apellido por sobre todas las cosas.

¿Pero cuántos son ahora? ¿Cuántos "blandos" se suman cada quinquenio? Hablo de nuevos votantes; en la última elección eran casi 10% de la población votante, casi tres millones de peruanos. Y si se mantiene la tendencia, en 2011 fueron 3.5 millones, hablamos de que las generaciones post-fujimori serían casi el 50% de los votantes, sin memoria vívida de los noventa.

De 2000 a 2020 habrán pasado veinte años. Se va creando el mito del fujimorismo albertista, keikista y, ahora, kenjista. Más frente a unos Toledo y Humala involucrados en casos de corrupción internacionalmente aceptada. El Apra no logra levantar cabeza y García se ha envuelto en una nube-relato también asociada a la corrupción. El PPC por los suelos y PPK que no logra crear condiciones favorables.

A ello se suma la izquierda asociada al desastre venezolano y brasileño; y la mentalidad utilitaria del electorado. La política muta día con día, y pensar en que las viejas fórmulas funcionarán en adelante es perder el tiempo, aunque algunos actores tradicionales siguen aplicando el viejo libro de tácticas. El relato de dos tipos de fujimorismo es una movida riesgosa, pero es finalmente una movida diferente. Quizás el fujimorismo se la está jugando...

¿Divide y vencerás?

Kenji Fujimori pretende ser el rostro del fujimorismo 3.0. El final del proceso de la "tesis" de Alberto, la "antítesis" de Keiko y, finalmente, Kenji se presenta como la síntesis, la maduración del fujimorismo como ideología de una derecha popular.

La conciliación de la derecha populista radical con la rigidez de la estructura partidista-utilitaria, creando un movimiento de centro derecha organizada mutable. ¿Se divide el fujimorismo o se busca dividir al antifujimorismo?

Toma la memoria del padre y, al mismo tiempo, adversa lo que los antifujimoristas adversan de la estructura de la hermana, logrando conciliar dos emociones: la pasión del fujimorismo fundacional (en relato vívido como el de las fotos que presento más abajo) y con la afrenta directa a las estructuras del "fuerzapopulismo" liderado por Keiko (con sus avatar para cinéfilos y algunos geeks progres).

Alberto Fujimori durante el desastre de El Niño (Piura, 1998).