Eduardo Zapata

Fluir

Frases efectistas y pocos aciertos en el discurso de PPK

Fluir
Eduardo Zapata
28 de julio del 2017

Frases efectistas y pocos aciertos en el discurso de PPK

En un contexto de protestas de educadores y médicos, así como de estrés ciudadano ocasionado por los déficits de seguridad y transporte, el presidente emitió su segundo mensaje presidencial.

En verdad, este mensaje había empezado ayer, pues la política está hecha de signos. Y los cambios en el gabinete ministerial no solo significaban un desoír las voces de la opinión pública y de muchos especialistas, sino la persistencia en lo que podría ya sonar hasta a un capricho.

Ha tenido razón el presidente en subrayar hoy en su discurso el tema de la corrupción. Pero esta afirmación se contrapone con el hecho fáctico de los cambios ministeriales de ayer en los que —a contrapelo de la percepción ciudadana— se mantenía como primer ministro al señor Fernando Zavala y se nombraba ministra a la señorita Fiorella Molinelli, ambos vinculados al affaire Chinchero. Y por añadidura, se mantenía en sus puestos a los cuestionados Patricia García (“el zika es un psicosocial”, para no hablar del colapso de la salud pública bajo su gestión), a la señora Marisol Pérez Tello (quien mintió impunemente en la televisión a nivel nacional), al señor Salvador del Solar (el del tumi “inca”) y a la señora Marilú Martens (heredera del señor Saavedra y de la inorganicidad introducida en ruptura de la carrera pública magisterial).

Con los cambios ministeriales, PPK nos estaba diciendo —lo reiteramos— que no le interesaba la voz de la opinión pública, ni de los especialistas que pedían cambios puntuales. Nos decía también que sus piezas de recambio son limitadas, que se circunscriben casi al amiguismo y que excluyen al partido que lo llevó al poder. Nos decía que la lucha contra la corrupción, reclamada por la gente, no está en su agenda. Al confirmar como superministro al señor Zavala (PCM y Economía) y al entregar el ministerio con el segundo presupuesto más importante del país a la señorita Molinelli.

El mensaje de hoy hubiera podido ser más efectivo sin esos antecedentes. Porque si bien no fue el discurso de un líder que señala nortes claros, hizo una feliz asociación entre el concepto primigenio del primer mensaje presidencial (“Firme y feliz por la unión”) y el efectivo y efectista concepto usado con motivo del fenómeno de El Niño (Perúunasolafuerza). Esto, también unido al efectivo y efectista homenaje a los bomberos, creaba una atmósfera emocional positiva: indudablemente un acierto comunicativo.

Los cinco proyectos de ley presentados públicamente ciertamente tocan temas cotidianos, y eso es bueno. Pero son solo eso: proyectos que aún deberán discutirse en el Congreso, que sabrán de intereses contrapuestos, que deberán merecer propuestas concretas y cuyos resultados, en suma, veremos con suerte en dos años.

Por fin reconoció el presidente algo de lo negativo recibido de la herencia humalista: 50,000 empleados públicos nuevos. A la luz de los hechos de corrupción descubiertos, pudo decir mucho más de esa herencia. Pero prefirió decir que seguirá pugnando por destrabar proyectos que él mismo llamó emblemáticos y cuyo origen es parte de la “herencia” recibida, y cuyas condiciones de destrabe no conocemos.

Rescato, finalmente, que PPK haya explicitado que “El agua va a ser el legado de este gobierno”. Ojalá no haya sido otra frase efectista como aquellas otras hechas por sus comunicadores, como que “La salud es demasiado importante como para esperarla en una cola” o que “La lucha de las mujeres es mi lucha”. Porque preocupa —respecto al agua— que el presidente no haya hablado del medio ambiente y la afectación de este a las fuentes de agua.

Fluir es una palabra que etimológicamente significa manar, correr, escurrirse. Discurrir sin cauce. Al parecer, la palabra cauce quedará restringida a los ríos que suelen desbordarse, pero no a la responsable tarea de la gobernanza pública. Tal vez resulte voluntarista —hasta acaso soberbio— que el presidente haya dicho que “El Perú agarrará ritmo otra vez: yo me encargaré de ello”.

 

Eduardo E. Zapata Saldaña

Eduardo Zapata
28 de julio del 2017

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