Raúl Mendoza Cánepa

Fidel y otros temas

Fidel y otros temas
Raúl Mendoza Cánepa
28 de noviembre del 2016

Dictadores, democracias, universidades y primeras damas

De seguro, al momento de trazar estas líneas ya se ha dicho todo sobre Fidel. La comparsa de su muerte va desde las loas hasta la crítica a su tiranía. Fidel fue el hombre más rico de Cuba, acabó con la concentración de riqueza para concentrarla él. Es curioso que muchos de quienes lo lloran llaman a Fujimori “dictador”. Las categorías siempre se amoldan a nuestros sentimientos. Algunos dirán, “sí, pero Cuba desarrolló la educación y la salud”. Me pregunto, cómo lo hace el escritor y publicista, Gustavo Rodríguez, “¿de qué sirve un país con gente educada y saludable que se ha visto prohibida hasta con violencia de fructificar sus capacidades?”.

Hasta allí Fidel, el último saurio del comunismo fallido. Once presidentes gringos y ninguno con la sabiduría suficiente para entender que el embargo fortalecía el discurso del “mesías”, glorificándolo desde su falsedad. No advirtieron que el derrumbe soviético empezó cuando Gorbachov entreabrió la puerta para que los rusos vieran Occidente. Lo que no hizo una línea de misiles, lo hizo McDonald´s y el rock discotequero entre los jóvenes con sed de mundo. Cuba quizás habría caído sin el bloqueo si los cubanos hubieran quebrado su propio sistema al paladear la diversidad de Occidente que Washington nunca supo pasear por sus ojos. Hoy la TV por cable e Internet libre destruirían los tejidos de la vida y la totalitaria cultura marxista.

Pero como ya tanto se dijo sobre Fidel muerto, pasemos a otras cosas. Percibo una división extraordinaria en cuanto a la reforma universitaria. El ministro Saavedra está en salmuera y la regulación universitaria, en la picota. No creo en la intervención estatal, me erizan los superpoderes de la Sunedu, pues asumo que la libertad de cátedra y la autonomía universitaria estarán siempre amenazadas. También que el límite de los setenta años de edad para enseñar es una lápida. Hay excelentes profesores de setenta y más, ¿o también y con mayor razón pondremos límites a la edad para gobernar un país o para ser parlamentarios?

Hoy para enseñar más pesa una maestría en la Villarreal que una de Harvard (dado el creditaje, etc., etc.,). Sí, pero las fallas y debilidades de la nueva ley no quitan la necesidad de rigor que requiere una universidad en el Perú, montadas a veces en estructuras precarias y con una calidad educativa que linda el ridículo. Quizás hubiéramos centrado el asunto en el filtro y en la regulación de las condiciones de la enseñanza sin ir tan lejos. La universidad empresa tiene clientes y baja el rigor para que crezca la renta; es decir, aniquila sus propios objetivos.

La universidad, en su esencia medieval, desde Bolonia en el siglo IX (aunque la primera apareció dos siglos antes, la madraza de Qarawiyyin, creada por Fatima Al-Fihri) se sustenta en la selección natural y el filtro por calidad y excelencia. Piense en una universidad peruana y tómese el tiempo para la mofa. Tema aparte, está mal que haya quienes esgrimen que quien se opone a la reforma es porque está comprado por alguna universidad; y que quien la apoya es porque tiene consultorías con el Minedu. Tan amigos somos de las falacias y tan enemigos de entrar al tema.

Y ya que no podía faltar Nadine en el análisis, es visible la argucia de la ex primera dama: una jugada perfecta. Lamentable que su nueva situación obstruya las investigaciones. No obstante, mal haría el Ejecutivo en intervenir y presionar en un tema estrictamente judicial. Podrán despedirla de la FAO (lo dudo), pero el caso habría perdido imparcialidad. Así, fácil, la haría con el asilo. Convertir un tema jurídico en político es lo que más requieren los Humala para asentarse y, de paso, sentarse sobre el país (vieja costumbre presidencial desde el siglo XIX).

Lo segundo es que su salida del país fue regular, a la vista de todos, sin impedimentos formales ni mandato judicial en contra. La jugó de sorpresa y de taquito. Como bien dice Lamas Puccio: “Goza de prerrogativas internacionales excepcionales en materia de inmunidad y libre tránsito. Ningún mandato en su contra proveniente de una autoridad judicial en cualquier lugar del mundo podría impedir que salga del país en que se encuentre, y menos disponer una detención o medida similar contra ella”. Touché.

 

Raúl Mendoza Cánepa

 
Raúl Mendoza Cánepa
28 de noviembre del 2016

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