Giacomo Ugarelli

Europa ¿en marcha?

Europa ¿en marcha?
Giacomo Ugarelli
11 de mayo del 2017

Viejo Continente aún no está libre de populismos de ultraderecha

Se acercaba el 7 de mayo y todo parecía un déjà vu con noviembre 2016 en Washington: una candidata considerada xenófoba y populista contra un candidato que sería votado para que no gane su rival. Con un bajo entusiasmo, los franceses se referían a estas elecciones como escoger al racismo o arrodillarse a los banqueros. Llegó el día y mientras los peruanos se levantaban en un horario de domingo, parecía producirse un respiro de tranquilidad al otro lado del charco: Europa celebraba la inminente victoria de Emmanuel Macron, el joven candidato outsider de la política francesa.

Su contrincante, la candidata del Front National (Frente Nacional), Marine Le Pen, propone —entre muchos temas— cerrar algunas mezquitas consideradas radicales, la expulsión de musulmanes sospechosos y la salida de Francia de la Unión Europea (Frexit). Su derrota, de aproximadamente 30 puntos, frente al líder de En Marche!, parece simbolizar un duro revés a todo el movimiento de ultraderecha surgido en Europa en los últimos años. Y tiene lógica. En las elecciones en Holanda y Austria también fue recientemente derrotada la ultraderecha. ¿Será el fin de estos candidatos y estos movimientos? No, y sería un gran error pensar que .

En estas elecciones Le Pen obtuvo el apoyo de aproximadamente un 35%. Esto es casi el doble de lo que obtuvo su padre, Jean-Marie Le Pen, en el 2002, cuando este recibió el respaldo de tan solo el 17.8% en la segunda vuelta presidencial contra el conocido alcalde parisino Jacques Chirac. Al mismo tiempo, Geert Wilders (Holanda) y Norbert Hofer (Austria) también quedaron nada menos que segundos en sus países. Objetivamente esto son buenos resultados para los de este movimiento, que hace diez años hubieran sido la burla de casi todos. Por ello, decir que la UE acaba de ponerse una estrella sería incorrecto. La UE se salvó, pero con una victoria que sabe poco a gloria, pues un megaproyecto too big to fail no debería haber estado en peligro a tan solo quince años desde el nacimiento del euro.

Recientemente un director europeo me dijo: “Comparto la ilusión del proyecto europeo, pero que gane Le Pen y tumbe ya esas instituciones, que han complicado todo”. Ahora, imaginen los millones ciudadanos que han sufrido directamente la crisis de los últimos años, con el desempleo o sin ver una mejora económica en sus vidas. Las noticias de un “nuevo rescate griego” o que “el Banco Central Europeo gana 10% más en el 2016” no levantan el optimismo a estos ciudadanos. Volverán a confiar en estas instituciones solo cuando sientan un impacto positivo en sus hogares, y por ello es lógico que su confianza en las instituciones está en caída. Si esta situación no se atiende, ellos seguirán con la desilusión. Y Le Pen 2022 está a tan solo cinco años.

Que esta victoria sirva como una oportunidad de un cambio significativo en la UE. Todos los franceses —sean de Le Pen, Macron o abstenciones—, han dejado un mensaje claro: ¡Liberté, égalité, fraternité Y “changement”!

Giacomo Ugarelli

Magíster, University College London (UCL)

 
Giacomo Ugarelli
11 de mayo del 2017

COMENTARIOS