Iván Arenas

Estrategias electorales post diálogo

Estrategias electorales post diálogo
Iván Arenas
11 de febrero del 2015

Analizando posibles estrategias políticas de cara a los comicios del 2016.

Incansable en sus errores, el gobierno ha convertido al aprismo y al fujimorismo en los actores principales de la oposición, lo demás es solo reparto de segunda. Como quien dice, brillaron mucho más por su ausencia. Los escolásticos decían: “errar es humano pero redundar en el error es diabólico” ¿Cómo puede un gobierno errar tan repetida y apresuradamente? 

El diálogo acabó como empezó, sin muestras coherentes de cambio en la actitud palaciega. Porque si no se van los ministros Urresti y Cateriano -y de paso Figallo- las aguas seguirán siendo las mismas. A cálculos de más y menos, como en el ajedrez, es imposible que el gobierno sacrifique a sus principales ministros. No hay más de qué hablar. El diálogo se acabó. Y García como Keiko saben (de sobra) que este gobierno muere en el ocaso de la inanición, es decir: será puro hueso. La llamada al diálogo refuerza con mejor fineza la conclusión de que hay un gobierno débil pero no renuente a la confrontación. 

La estrategia ahora es fijar posiciones para las elecciones nacionales. García sabe que no crecerá en las encuestas mientras no haya un antagonista en la novela. Keiko no necesita por ahora contradicciones porque todo indica que su cupo a la segunda vuelta está comprado. Pero García necesita crecer a costa de alguien. Hacerle oposición al gobierno parece dar mejores y mayores dividendos siempre que haya un Urresti o un Cateriano para hacerle crecer 4% de aprobación, según la encuesta de Datum. Además, sirve para reducir el “antiaprismo” que merma sorprendentemente después de meses (de 74% a 68%). Pero no siempre habrá un gobierno inepto y un par de ministros vozarrones. García ahora tiene un exitoso segundo gobierno para mostrar, punto que en las pasadas elecciones del 2006 no tenía y sin embargo llegó a segunda vuelta ganándola finalmente. 

García tiene la ventaja de datos sociales (reducción de pobreza) y números azules en lo económico (crecimiento galopante y obra pública). En el saque de cuentas, los electores valoran el crecimiento económico y prefieren el centro que los extremos. He allí otra ventaja para García. Tiene, a comparación de Keiko, menos resistencia. 

El fujimorismo tiene la pesada mochila del pasado. Pero seamos justos. Hay nuevas generaciones, por tanto nuevos electores, que apenas recuerdan lo sucedido dos décadas atrás (cosa que beneficia a ambos) Justo es decir también que el fujimorismo es una fuerza nacional con cariz popular, guste o no. La estrategia se fija entonces en reducir el “anti” pero eso no lo hará si en tienda naranja siguen creyendo que la campaña se divide en dos tiempos (primera y segunda vuelta). Si algo demostró la Ley Pulpín es que en democracia si quieres hacer algunas reformas, estas no se hacen de a toneladas sino de a kilos, es decir utilizando la política y la estrategia. A muchos fujimoristas les tomó por sorpresa la marcha atrás de Keiko con la Ley Pulpín. Que no les sorprenda que haya invitación al retiro de varios oficiales que representan todavía ese pasado fujimorista que recuerda el régimen de Alberto. Todo en aras de reducir el “anti”. Si no entienden que la política se parece en algo al ajedrez acabarán en el ejemplo del fracaso humalista.

Por Iván Arenas
11 - Feb - 2015  

Iván Arenas
11 de febrero del 2015

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