Rocío Valverde

Espectáculo político en Gran Bretaña

Espectáculo político en Gran Bretaña
Rocío Valverde
10 de octubre del 2016

Ministra del Interior vincula criminalidad y desempleo con inmigración

Esta semana fue muy dura, pues regresaba de estar de vacaciones en España por una semana, de tener sol, de comer tomates de corazón de buey, del olor a ajo y a tortilla. El domingo aterrizamos en Londres a las tres de la mañana y el lunes a las cinco de la mañana era un zombie en el trabajo. Cuando salí al descanso del mediodía me recosté en un sillón, con un bocadillo de queso manchego. Quería culinariamente transportarme hasta el Palacio de Cristal en Madrid, con ese sol que cae a las cinco de la tarde, que aunque quema ya no pica. Las nubes grises iban desapareciendo cuando de repente noté un balbuceo que provenía del televisor y que decía: "Las empresas serán forzadas a hacer público el número de trabajadores extranjeros que tengan en planilla. Nombraremos y avergonzaremos a las empresas que no contraten británicos".

Esta semana al menos el 48% de Gran Bretaña suspira rememorando el 2014: ¡Y pensar que hace dos años el sándwich de tocino de Ed Miliband era portada nacional! El espectáculo comenzó con la celebración de la conferencia del partido conservador, el que ahora busca ser el partido del pueblo, en la ciudad de Birmingham, nada más y nada menos que en el hotel Hyatt. Eso solo ya provoca una risita.

Las dos protagonistas de esta conferencia, sin lugar a duda, fueron Theresa May y Amber Rudd. Theresa May daba fechas sobre el Brexit. El artículo se activará antes de Marzo del 2017. Cuando terminó su discurso la libra tocaba el suelo y le hacía compañía a las quijadas de todos los que aún pensábamos que el parlamento tendría un voto en este tema. Brexit significa Brexit y terminará en marzo del 2019. Para la reencarnación de Maggie, Brexit también significa control de inmigración y no solo europea. No necesitamos más a Nigel Farage para producirle espasmos a los lectores del Daily Mail.

Amber Rudd, la flamante nueva home secretary, estaba encarnando a Hitler literalmente. Amber quiere centrarse en los taxistas, los criminales europeos y los estudiantes extranjeros. Todos en el mismo saco y con la misma severidad. Además quería que las empresas hagan públicas las listas de sus trabajadores extranjeros para poder señalarlas con el dedo y decirles: ¡Vergüenza te debería dar!. Unos pelillos comenzaron a aparecer en su labio superior cuando dijo que iba a asegurarse de que los extranjeros estén llenando huecos y no quitando empleos que los británicos podrían desempeñar.

Acerca de los estudiantes que provienen de países fuera de la Unión Europea dijo que iba a cambiar las reglas pues para acceder a cursos estos inmigrantes no necesitaban siquiera ser capaces de hablar inglés. Habiendo sido una estudiante que accedió a un máster bajo unas regulaciones extremas de exámenes IELTS, certificados de Cambridge, notas de corte y cartas de recomendación, aplaudo sus ovarios de poder decir eso sin que le tiemble la voz de vergüenza al levantar tremendísima farsa.

No culpo a Amber pues ella ha sido alimentada con cuchara de plata desde la cuna y no tiene que saber que pasar de una visa de estudiante a una de trabajo, aunque es legalmente posible, no es el sueño con el que atraen a estudiantes a sus institutos y universidades. Quien quiera contratarte debe no solo hacer un trámite tedioso, sino convertirse en tu patrocinador, hacerte un contrato de un año como mínimo y pagarte una cifra irreal para quien busca su primer empleo sin experiencia bajo el brazo. Darling, los estudiantes invertimos entre 13,000 y 28,000 libras solamente en estudios. Si cuentas lo que invertimos en vivienda, transporte, alimentación y turismo interno sobrepasamos fácilmente las 40,000 libras por año. ¡Shame on you, Amber! Haz las cuentas.

Su propuesta dirigida a los taxistas es vomitiva y extremadamente estereotípica. Quien haya tomado un taxi en Londres sabe perfectamente a qué grupo demográfico quiere controlar. En fin, no quiere que la llamen racista. No se le está llamando racista por hablar de inmigración, se le llama xenofóbica por vincular criminalidad y desempleo con inmigración. ¿No ha entrado a un pub últimamente? ¡Todos hablan de inmigración! ¿Te has perdido la parte del discurso de T. May en la que ha dicho que deben de tener más en común con la gente que pasan por la calle que con la élite? Ah, olvidaba todos viven en zonas ultra mega ricas y viven en alucinación permanente de que exportan café a Brasil y vino a Francia. Palabras textuales de la secretaria de Estado, Andrea Leadsome. Es en serio.

La semana la ha cerrado Liam Fox diciendo que los europeos viviendo en Gran Bretaña es la carta más poderosa que tienen en las negociaciones de Brexit. ¡Qué tierno hombrecillo! Mi esposo, mis suegros y mis compañeros de trabajos no son más que piezas de ajedrez en su egotista juego. Sus casas, sus inversiones y sus pensiones dependen de cómo les sople el viento y del tono de voz de Merkel y Hollande si les quieren dar un trato duro.

Espero que a Amber Rudd no le está creciendo bigote y que Liam Fox no está cantando Rule Britannia. Espero sólo tener moscas negras en los ojos y resaca de las vacaciones. Esto es tan solo un episodio de parálisis del sueño.

Rocío Valverde

Rocío Valverde
10 de octubre del 2016

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