Mario Saldaña

Escoger las batallas

Escoger las batallas
Mario Saldaña
25 de agosto del 2016

El Ejecutivo necesita una estrategia comunicacional bien definida

El poder que ostenta el Gobierno de PPK es y será bastante más acotado que el de Ollanta Humala, la segunda administración de Alan García y, por supuesto, Alejandro Toledo. Los últimos tres mencionados, como es usual en el Perú, terminaron harto desgastados, pero tuvieron márgenes de negociación importantes para mantener la gobernabilidad.

El sustento de la actual gestión, por ende, depende tanto de un buen nivel de popularidad (factor absolutamente gaseoso y hasta circunstancial) como de una fina negociación —tema por tema y caso por caso— con las diversas “oposiciones” con las que tiene que bregar en el Congreso. Más si la posibilidad de un pacto político, al menos de mediano alcance (que sería lo lógico y sensato), con el fujimorismo está prácticamente descartada.

En ese marco, todo indica que quien más claro tiene el diagnóstico anterior es el presidente del Consejo de Ministros, Fernando Zavala; no así el presidente de la República. Tampoco tendría muy claro este panorama el titular de Economía, Alfredo Thorne, a decir de sus recientes declaraciones sobre los funcionarios del MEF que guardaban una ligazón directa con Nadine Heredia en el gobierno anterior. Lamentablemente no legó a brindar nombres ni pruebas. El ministro probablemente pensó que estaba allanando el camino a un mejor clima con el fujimorismo, tras la obtención de la investidura en el Legislativo, pero olvidó que simultáneamente abría un nuevo e innecesario frente de atención política.

Si bien Zavala ha dicho que el tema ha sido zanjado por el Gobierno, la creación de un grupo congresal de investigación de los eventuales actos de usurpación de Heredia, obligará a que Thorne —más temprano que tarde—, vuelva al Parlamento. Aunque esta vez ya no para acudir a la Comisión de Presupuesto ni la de Economía (que es donde están sus principales batallas), sino a explicar dimes y diretes que, si bien tienen alta probabilidad de ser verdad, no deberían formar parte de su ocupación y menos de su preocupación.

Si este Gobierno con poder acotado tuviera bien definidas sus metas debería escoger sus batallas y no perderse en lo intrascendente. Y para eso necesita una estrategia política y comunicacional bien definida y articulada. Eso significa que el jefe del Gabinete debería asignar roles y vocerías por temas y mensajes. Esta suerte de “despelote político” que a veces transmite el Ejecutivo tiene que cortarse ya, empezando porque sea el propio presidente Kuczynski quien dé el ejemplo respecto a qué, quién, cuándo, cómo y dónde se declara, y sobre los asuntos sobre los que nunca se debe declarar.

Resulta un total despilfarro de capital político que al inicio de una gestión que suscita una enorme esperanza de éxito en diversos rubros, veamos tremendos autogoles de media cancha por la ausencia del director técnico, que es quien debería poner el orden y los límites que correspondan. Finalmente, un gobierno claramente tecnocrático —ya lo hemos dicho antes— no tiene por qué estar peleado con la política. A escoger las batallas y a enfocarse en ellas.

 

Mario Saldaña C.

@msaldanac

 
Mario Saldaña
25 de agosto del 2016

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