María Cecilia Villegas

Engañados y desilusionados

Engañados y desilusionados
María Cecilia Villegas
09 de febrero del 2017

La “reserva moral” estaba cargada de intereses y acuerdos bajo la mesa

Alejandro Toledo tuvo un rol estelar en la política peruana en la caída del fujimorismo. Él y su grupo de “notables” nos hicieron creer que eran la “reserva moral” del país, que llegaban a sacarnos del hoyo y a elevarnos a la condición que como sociedad merecíamos. No obstante, sabíamos bien quién era Toledo, y hoy no pueden salir la gente indignada a decir que se siente engañada.

Antes de llegar al poder, ya sabíamos que Toledo tenía una hija que no había reconocido, y que para ello se valió de las más sucias estrategias; incluyendo contratar a dos individuos para sostener en el juicio de paternidad que la madre era una mujer “de la vida alegre”. En aquel entonces, al no haber prueba de ADN, eso era suficiente para que el juez desestimara el pedido. Se sabía de las denuncias que por violencia doméstica había presentado Eliane Karp contra él y su suegro, porque los valientes Toledo la habían agarrado a golpes y patadas entre dos. Se sabía del Melody, de la debilidad de Toledo por el alcohol, las prostitutas y el dinero; de su afición a comer en los mejores restaurantes e irse sin pagar. Sabíamos del dinero que Soros donó y parte del cual apareció en una maleta en Carolina del Norte, en manos del inefable sobrino Coqui Toledo.

 Ya en la Presidencia, ¿acaso no sabíamos de los arreglos a la casa de La Molina con facturas pagadas por Palacio? Los dineros desviados de Petroperú para “remozar” Palacio, los viajes frecuentes a Punta Sal, las joyas y vestidos de la primera dama, ¿las cuentas de whisky etiqueta azul y los viajes constantes fuera del país?, Lady Bardales, las cartas al Vaticano, las enormes concesiones otorgadas a costa del dinero de todos los peruanos y las mentiras. ¿Cuantas veces Toledo mató a su madre, de acuerdo al auditorio que lo escuchaba? ¿Recuerdan el sueldo de US$18,000 que se impuso ni bien llegó a Palacio? ¿Almeyda? Sabíamos bien quién era Toledo, y ahora que no vengan los miembros de su partido a querernos contar el cuento de la traición y la desilusión. Y tampoco vengan los supuestos perseguidos a quererse vender como los héroes de la libertad.
 
Roxana Cueva, desde el diario Peru21, recuerda como en el 2004, en plena investigación sobre la denuncia de la falsificación de firmas para la inscripción de Perú Posible, una organización cuyos miembros decían ser la reserva moral del Perú y que venían con el logro de haber recuperado la democracia, se negó a apoyar la investigación. La lucha contra la corrupción y la defensa de la democracia ofrecida por esa “reserva moral” dependía de quién era el corrupto y quién atentaba contra la democracia. ¿Dónde estaban las Manuelas y demás oenegeras feministas cuando lo de Zaraí?
 
En 2013 descubrimos Ecoteva, empresa creada en Costa Rica por la suegra de Toledo, a la que llegó dinero de una cuenta de Josef Maiman, amigo cercano a la pareja Toledo-Karp. Fue con los fondos de Ecoteva que se compró la casa en Casuarinas de US$ 3.8 millones y una oficina US$ 882,000. Además con esos fondos también se pagaron las hipotecas de las dos casas de Toledo: Camacho y Punta Sal.

Hoy gracias al caso Lava Jato sabemos que Alejandro Toledo le pidió a Odebrecht US$ 35 millones a cambio de adjudicarles la concesión de la Interoceánica. Barata, representante de la empresa en el Perú, ha declarado que a Toledo se le dieron US$ 20millones porque no cumplió con cambiar las bases, y que este dinero —a pedido suyo— había sido depositado en cuentas de Maiman. De este monto, US$ 11 millones ya han sido detectados en cuentas de Maiman. Ya no hay dudas.

Con la ética por emblema, Toledo y sus amigos nos ofrecieron un país mejor. Controlaron las instituciones y el presupuesto público, e hicieron y deshicieron a su antojo. La “reserva moral” mostró que venía cargada de intereses privados, de repartija y acuerdos bajo la mesa. Y lo sabíamos bien.
 
Por María Cecilia Villegas
María Cecilia Villegas
09 de febrero del 2017

COMENTARIOS