Franco Germaná Inga

En todos lados se cuecen habas

En todos lados se cuecen habas
Franco Germaná Inga
08 de noviembre del 2016

La increíble polarización de la campaña presidencial estadounidense.

“Esto solo pasa en Perú, en cambio en Estados Unidos sería imposible”. ¿Cuántas veces hemos escuchado a la gente utilizar, con un tono despectivo, esta incómoda frase para criticar a nuestra sociedad? Lamentablemente yo la he escuchado más veces de las que quisiera. El inicio de la misma es variable, virtualmente se puede usar para criticar cualquier aspecto negativo de nuestro país; sin embargo, nunca olvidaré cuando escuché cómo se utilizaba para criticar el comportamiento de nuestros candidatos presidenciales. Es verdad, algunos se portaron de manera inaceptable (“con esto [comba] me voy a matar a la china carajo” [sic]); pero después de seguir atentamente las elecciones en Estados Unidos desde el año pasado, me quedo con la siguiente moraleja: detalles más, detalles menos, en todos lados se cuecen habas.

Simplemente la polarización en la política gringa es alucinante. En el Perú nos hacemos un mundo criticando a la mayoría legislativa por “demorar” la delegación de facultades legislativas, las cuales fueron finalmente concedidas con una alta votación. Mientras que, en EE.UU. sería impensable que el Congreso, controlado por los Republicanos, le dé facultades especiales para legislar a Obama que es del partido Demócrata. Not going to happen.

Respecto a la campaña, me sorprende la retórica de Trump que, en ocasiones, se pasa de la raya; generalmente cuando habla sobre los inmigrantes mejicanos. No obstante, Clinton también ha caído bajo cuando dijo que la mitad de los votantes de Trump estaban dentro de lo que ella llamó un “basket of deplorables” (canasta de deplorables), tildándolos de personas que irremediablemente son racistas, sexistas, homofóbicos, xenofóbicos e islamofóbicos. Su error fue que en vez de atacar a Trump, atacó a sus votantes; es decir, a una parte del pueblo que ella pretende gobernar. Afortunadamente, luego se disculpó y eso habla bien de ella.

Otra perla: un sector de los seguidores de Clinton despotrican contra Trump arduamente, incluso comparándolo con dictadores. Por otro lado, en la Convención Nacional Republicana, en la que Trump aceptó la nominación de su partido para ser el candidato presidencial, sus seguidores referiéndose a Clinton, coreaban a viva voz “¡Lock her up, lock her up!” (enciérrenla, enciérrenla). Luego es muy común que dependiendo del medio de comunicación que uno consulte, Trump sea el malo y Clinton la buena; o Clinton la corrupta y Trump el outsider inspirador. Es más, recientemente leí que incluso se acusaba a John Podesta, jefe de campaña de Clinton, de ser satánico. Hay tantas exageraciones que es como si los distintos medios de comunicación vivieran en universos paralelos.

En las elecciones peruanas se ha vuelto costumbre que se hagan públicos audios o videos incriminadores en contra de un candidato. En EE.UU., estas elecciones han estado marcadas por los mails de Clinton que Wikileaks hackeó. Adicionalmente, una de las cosas que ha llamado poderosamente mi atención es ver como Obama, siendo aún presidente, hace mítines en los que abiertamente, con todas sus letras, llama a votar por Clinton y critica a Trump. ¿Se imaginan que en el Perú un presidente en plena campaña apoye abiertamente a un candidato? Difícil, lo colgarían a plena luz del día.

¿Qué reflexiones me quedan? La política americana se guía por costumbres y leyes diferentes a las del Perú; y están en todo su derecho, pues de verdad tienen una institucionalidad más avanzada que la nuestra. No obstante, vaticino que, independientemente de quien gane el duelo Trump versus Clinton, estas elecciones serán estudiadas por los estrategas políticos durante décadas. Mañana es el “día D”, y habrá un antes y un después de esta campaña, pues se han estirado los límites de lo que se consideraba permisible. Estamos viendo cómo se hace historia y no nos damos cuenta.

Franco Germaná Inga

@FrancoGermana

 
Franco Germaná Inga
08 de noviembre del 2016

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