En memoria de Óscar Pérez

Creo en la justicia divina, pero Nicolás Maduro Moros debe ser castigado con la ley, la de los hombres. Ayer 15 de enero de 2018 Óscar Pérez, el ex policía que el año pasado tomó un helicóptero y armado con una bandera blanca llamó a la desobediencia civil frente a la dictadura, fue cruelmente asesinado por militares a pesar de haberse rendido. Felizmente existen las redes sociales y él pudo documentar todo lo sucedido en una serie de videos que compartió en tiempo real.

Su legado se asemeja a su vida, siempre al límite Y sirviendo a su país en las condiciones más adversas. Según la BBC (http://bbc.in/2s1uKUg), el hombre de 36 años fue un agente de la Brigada de Acciones Especiales, piloto de helicóptero, buzo de combate, paracaidista y actor. En definitiva, un personaje de muchas facetas y talentos, cuya vida y obra son dignos de una película. Es así como enfrentando su destino, luego de rebelarse contra el Gobierno y llamar a la desobediencia civil, se convirtió en el hombre más buscado por la dictadura de Maduro y pasó a la clandestinidad.

Lamentablemente, su físico tiene los límites que su alma no conoce y su vida fue arrebatada. Ayer desde su cuenta de Instagram publicó videos que demuestran que los militares le disparaban a él y sus compañeros, a pesar de encontrarse rendidos y que gritaban que se iban a entregar. Reto a cualquiera que vea sin llorar el video en el que Pérez se despide de sus tres hijos, o en el que ensangrentado y a punto de morir reafirma el amor por su país y la fe que tiene en los venezolanos para liberar a su pueblo de la dictadura. Incluso su propia madre tuvo que sufrir el dolor más grande al que un ser humano puede ser sometido, al tener que implorar por la vida de su hijo en un video. Nada de eso le importó a Maduro y se ajustició a Pérez extrajudicialmente.

Al margen de las tendencias políticas, con el corazón en la mano, debemos entender que los pueblos libres hacen revolución en las urnas y que el plomo nunca es la solución. El Perú debe seguir liderando la campaña para recuperar la democracia en Venezuela. Cuán ejemplar sería que nuestro presidente declare un día de luto en solidaridad, poniendo las banderas a media asta. Habrá quien se pregunte ¿por qué un presidente se toma tantas molestias por problemas de un país extranjero? Hay quienes ya se quejan incluso de que 700 venezolanos entren al Perú diariamente. A todos ellos Martin Luther King les respondería que «al final, no recordamos las palabras de nuestros enemigos, sino el silencio de nuestros amigos». La ayuda al prójimo no conoce fronteras y nada nos libra de volver a caer en una dictadura mañana. Hoy por ti, mañana por mí.

Ayer se selló el destino de dos almas, la de Pérez, que será reconocido por su pueblo, y la de Maduro, que pasará a la infamia. Aprovechemos la venida del Papa a Latinoamérica para rezar por ambas, porque el primero encuentre paz y el segundo reflexione y se arrepienta. Desde el Perú solo me queda decir ¡larga vida a Óscar Pérez! Padre de tres hijos, símbolo de 31 millones de venezolanos y de todos los que creemos en la libertad.