Jorge Morelli

En el espejo chileno

En el espejo chileno
Jorge Morelli
31 de agosto del 2016

La izquierda y su obsesión con la educación gratuita

Un editorial de El Montonero ha puesto en evidencia algo que hasta la fecha pasaba inadvertido. Se trata del plan ejecutado fría y sistemáticamente por la izquierda chilena para instrumentar el débil gobierno de Bachelet para sus fines. El plan, como bien hace notar el editorial, comienza por la educación. Una retahíla interminable de marchas y protestas de estudiantes crea, ante todo, la narrativa —el relato, como dice El Montonero— de que la educación chilena —que fue innovadora como pocas al establecer, por ejemplo, el subsidio público para una libre elección en la educación privada— constituye el peor desastre del hemisferio.

La bandera, desde luego, es la educación gratuita. Una vez alcanzado ese objetivo, el resto cae por su peso. La gratuidad de la educación genera, de una parte, un gigantesco déficit fiscal que hace peligrar la estabilidad de las cuentas fiscales. Una situación análoga a la que nos ha dejado a nosotros el humalismo, acaso siguiendo el mismo libreto. De otro lado, la situación fiscal conduce al gobierno automáticamente a elevar los impuestos.

El incremento de la carga tributaria para las empresas repercute luego en la caída de la inversión privada, al mismo tiempo que resulta imposible, dado el estado de las cuentas fiscales, tener una política contracíclica para apuntalar la economía que desfallece por falta de inversión. Este es el escenario perfecto para la toma electoral del poder. Chile se prepara para repetir el escenario de hace 45 años, cuando el gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende —el experimento fallido de una revolución hecha en democracia— condujo a Chile a un estado de cosas inmanejable, hasta desembocar finalmente en el caos.

En ese entonces, la demanda fue constantemente alimentada por el gobierno allendista con permanentes aumentos de salarios, mientras la oferta se hallaba imposibilitada de responder a esa demanda gracias a la masiva estatización de empresas privadas. Siendo la oferta incapaz de responder a la demanda, se generó inexorablemente la espiral de inflación y devaluación que llevó al país al desastroso final. Mientras tanto, el gobierno allendista culpaba al sistema financiero internacional de negarse a prestarle los fondos necesarios para continuar indefinidamente ese grotesco remedo de una revolución socialista. A la espera de la ayuda financiera de la Unión Soviética, que nunca llegó, ocurrió el desplome final de Chile.

Este es el guión de lo que la izquierda está haciendo allá nuevamente, y de lo que pretende hacer acá. Recuérdese, el ataque comienza por la educación. Acá, sin embargo, no vamos a repetir ese sainete.

 

Jorge Morelli

@jorgemorelli1

jorgemorelli.blogspot.com

 

Jorge Morelli
31 de agosto del 2016

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