Juan Sheput

Elecciones y entretenimiento

Elecciones y entretenimiento
Juan Sheput
12 de enero del 2016

Sobre la banalización de la política y el espacio público

En la sociedad del espectáculo no nos debe llamar la atención que debamos convivir con una cultura que vive obsesionada con el entretenimiento. Este puede ser cómico o dramático, colectivo o individual. No importa. Lo que se necesita, para subsistir en la cumbre de la popularidad, es llamar la atención a cómo de lugar. Es imprescindible.

Reflexionaba sobre este tema a raíz de la mal llamada entrevista entre el actor Sean Penn y el narcotraficante y asesino Joaquín “El Chapo” Guzmán. Cuando se busca el mero entretenimiento se banaliza todo, el crimen organizado, la venta de drogas, el asesinato de mujeres y niños, la compra de autoridades, la claudicación del Estado. Todo vale con tal de entretener. Hasta el olvido de las 80.000 muertes que se le atribuyen al cartel de Sinaloa que lidera el asesino que quiere ser actor, es decir, “El Chapo” Guzmán.

Escribo esto como acto introductorio pues, salvando las grandes distancias, en nuestro país también se impone la sociedad del espectáculo y el entretenimiento. Tenemos candidatos que tienen buena cobertura cuando se debería cuestionar sus recientes vínculos con la corrupción, la mentira, el lavado de activos, los actos inmorales. La trivialización que exige el “entretenimiento” hace que pasemos por alto el cinismo, las declaraciones juradas que no reflejan la realidad, los golpes a las mujeres y otros asuntos que, en otros países con ciudadanos críticos, invalidarían a un candidato.

En el Perú de hoy, debido a esta cultura del entretenimiento, un personaje vulgar y matonesco se convierte en un eximio parlamentario y un improvisado con mucha plata para invertir en las redes sociales deviene en candidato sorpresa. De ideas, nada. Quienes las plantean son cuestionados o arrinconados con reduccionismos o generalizaciones diversas. Así pretendemos ser desarrollados.

Acostumbrados a Esto es Guerra o Combate tenemos un pueblo que quiere que se repliquen esos formatos en la lid electoral.  No quieren escuchar de cambio climático ni crisis económica, menos de largo plazo o visión de futuro. Las elecciones exigen temporalidad y ésta raya la cancha con la inmediatez. Pobre del político que no respete las reglas de juego, se verá muy pronto condenado a la marginación. Y así, se volverá a repetir el ciclo de los congresos cada vez más devaluados, porque los pueblos eligen a quien más los entretiene, con el beneplácito de los medios que buscan el rating, claro está.

Lo más lamentable es que los llamados partidos políticos, esos que dicen que buscan a lo mejor para integrar sus listas parlamentarias, en procesos electorales buscan a estos personajillos que entretienen y que pululan en la farándula, el deporte o, cómo no, el entretenimiento. Lo que interesan son los votos. ¿Qué habrá problemas con la gobernabilidad o la capacidad para hacer reformas? A quién le importa. Después ya vemos como nos arreglamos.

Por: Juan Sheput

Juan Sheput
12 de enero del 2016

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