El triunfo de la “pequeña burguesía”

¿Qué candidato encarna la revolución de la clase media chola y emergente?

Hay un problema ideológico aún no resuelto en el país. Un ejemplo de ello es que nadie en la clase política se atreve a comprar ticket en el pleito del proyecto Tía María. Keiko rechaza la intervención de las Fuerzas Armadas para imponer la ley y el orden y en la otra acera el mutis de PPK es incoherente con su supuesta prédica liberal. Es la política la que resauelven las grandes contradicciones, sin embargo, el limbo ideológico ha superado los esquemas. De esas dudas sin resolver surgen otros ejemplos: en lo económico cabe la pregunta de por qué en las capitalistas ciudades de Puno y Juliaca votan por los “antisistema”.

En este tenor de indefiniciones y variaciones con ojo electoral, PPK amplía su margen de maniobra convocando al Partido Comunista del Perú – Patria Roja para un frente que le dé espacio y soporte en la izquierda. Y desde el radicalismo antiminero, asoma el ex cura Arana a decir que no cree en el modelo estatista. Por supuesto, nadie les cree. Increíblemente el modelo económico que ha dado crecimiento al país es olvidado a propósito por casi todos los presidenciables. La mirada es hacia el otro extremo: la izquierda. El modelo actual no genera valor alguno. Entonces nadie recuerda que la verdadera revolución ha venido desde la clase media, chola, emergente, provinciana. Es el triunfo de la “pequeña burguesía” en un país donde, para ganar, históricamente tenías que estar amparado bajo la tutela del Estado y escudado en un apellido rimbombante.

Así el Perú ha dado un giro copernicano. La organización social pasa ahora a manos de la sociedad civil, de la clase media, en desmedro del Estado. Sin embargo, esta nueva clase media no ha pactado con el estado de derecho, no hay “ciudadano- contribuyente”, porque es en su mayoría informal. Por eso en Puno como en Juliaca los “metarelatos de la izquierda antisistema” funcionan. El modelo económico y social del Perú no ha acabado de construirse y eso también es producto del problema ideológico no resuelto.

¿Sino, entonces, por qué PPK, Keiko, o García miran sobremanera a la izquierda? Saben que el modelo actual genera grandes contradicciones. Es un “modelo” ha sido marcado con el epíteto de “neoliberal” y por ahora nadie quiere serlo. Es el modelo de la “Confiep” rechazado en Conga como en Tía María. ¿Qué falta? La construcción de un modelo propio. Un modelo de la pequeña burguesía, al que Marx, por cierto, no hizo mucho caso. Es el gran relato del milagro de un “capitalismo cholo”, de una verdadera “clase media peruana” que no le debe nada al estado. ¿Quién capitaliza electoralmente a esta pequeña burguesía?

Además, el “capitalismo cholo” tampoco se siente representado por el modelo de la Confiep, del que –como hemos dicho- los candidatos rehuyen. Por eso los cebolleros y arroceros del valle del Tambo financian los paros contra Tía María y en Sechura los maricultores hacen lo mismo contra Savia. Es el capitalismo local contra el capitalismo extranjero. En el “metarrelato del emprendimiento” que la derecha sugiere tampoco encajan.

¿Quién construye un modelo de la triunfante pequeña burguesía? ¿Quién construye un metarrelato con las clases medias que -como escribiría Barrington Moore- sin ellas no habría democracia?

Por Iván Arenas

27 – May – 2015