Mario Saldaña

El triángulo y la izquierda del barrio

El triángulo y la izquierda del barrio
Mario Saldaña
30 de octubre del 2014

Sobre el nuevo diferendo con Chile y la oportunidad que le ofrece al Perú

Antes que una afrenta o una provocación, las declaraciones del último lunes del ex presidente Salvador Piñera deberían ser vistas como un motivo para encausar “la interpretación extensiva” chilena sobre el denominado triángulo terrestre de nuestra frontera por los canales profesionales y diplomáticos que correspondan.

Antes que el germen de una nueva crisis litigiosa veámosla como una oportunidad para sellar con broche de oro (y definitivo) lo logrado tras el fallo de La Haya en la perspectiva de la integración de ambos pueblos.

Aclaro: este columnista no tiene la más mínima duda de que la legalidad protege de sobra la posición peruana con el instrumento de 1929. Sin embargo, la geopolítica va más allá de la dimensión estrictamente jurídica. Sí, los países y los Estados tenemos historia pero también intereses pensando en el futuro y en el bienestar de su gente.

Desde ese punto de vista, Torre Tagle debería ir construyendo escenarios (por los canales diplomáticos bilaterales, no por la vía mediática) que vayan más allá de las vías legales que señala el tratado del 29, y convertir “el triángulo” en un símbolo de la integración antes que en alimento para “los halcones” de uno y otro lado y en justificante de más gasto en armas; y de paso, comisiones de todo tipo.

No es que la legalidad y los acuerdos no deban respetarse. Es más, jurídicamente debe quedar claramente establecido que los derechos peruanos ya están consagrados. Sin embargo los objetivos y metas deben ser más ambiciosas, y para eso está la política de alto nivel y los profesionales de ambas cancillerías.

No vamos a repetir acá la interdependencia económica, comercial, social, migratoria, etc de Perú y Chile, y los ingentes montos de inversión recíprocos. Solo agregar el caso particular que, por ejemplo, supone el déficit energético chileno y que podría convertirse en uno de los mercados claves para el gasoducto del sur peruano, vía la exportación de energía con valor agregado. A ese tipo de futuro me refiero, como al que ha de significar la Alianza del Pacífico y nuestro destino común de cara al sudeste asiático.

Con similar lógica habría que analizar los recientes resultados electorales en Brasil y Bolivia, el clima de negocios que se mantiene en Ecuador, ni qué decir del caso venezolano. El World Económic Forum nos acaba de poner como uno de los tres mejores países de la Región en brindar facilidades a los inversionistas. En realidad, con los grandes limitantes que aún mantenemos localmente en el rubro, no nos queremos imaginar lo que sucede en varios de los países citados.

En todo caso, la permanencia de la izquierda en algunos gobiernos del barrio deberíamos apreciarla como otra gran oportunidad para diferenciarnos, además de mantener y aumentar nuestro stock de inversiones, sobre todo de largo plazo.

Así que por eso: gracias Dilma, gracias Evo, gracias Rafael Correa, gracias Nicolás Maduro, y gracias Michele, si continúan las cosas como van en Chile. El Perú se los agradece.

Por Mario Saldaña C. (@msaldanac)

30 - oct  2014  

Mario Saldaña
30 de octubre del 2014

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