Paul Neira

El sistema educativo como campo de batalla

La importancia del debate curricular

El sistema educativo como campo de batalla
Paul Neira
28 de abril del 2017

La importancia del debate curricular

Columnas atrás comentaba, a modo de advertencia, que nuestro sistema educativo iba a experimentar batallas. El hecho es que estas ya se están dando abiertamente, convirtiéndolo así en un campo de batalla. ¿A que me refería con eso?, déjenme explicarme. 

La madre del cordero 

Generar tensión, iluminar enfrentamientos, describir opuestos siempre tiene retornos. Ya sea para ofrecer explicaciones a problemas para los cuales es más sencillo dejar eso como explicación o porque efectivamente ese "tema" termina siendo un lugar de lucha entre dos visiones o posturas sobre un mismo tema. 

Donde es más fácil demostrar este enfrentamiento es en el campo curricular. Dicho documento, somos testigos todos, se ha convertido en un espacio donde vemos claramente reflejada la sociedad que somos.  Desafortunadamente no la que queremos ser (como todo buen manual de curriculum manda), sino aquella que desnuda nuestras falencias.  Hemos sucumbido a la construcción y multiplicación de enfrentamientos artificiosos que oponen a modernos con anticuados, progres versus conservadores; y en medio del fuego granjeado lo que termina de quedar expuesto es nuestro lado más sangrante, esa secular incapacidad inhabilitante para ponernos de acuerdo entre los peruanos.  Y ojo, no es la primera vez que pasa. Ya lo vivimos, en el mismo terreno curricular. Hablo de la primera versión del Diseño Curricular Nacional Integrado, en la que la lista de incongruencias entre niveles y de enormes vacíos de acuerdo interno entre sí desdecían el esfuerzo de currículo articulado que en el fondo afirmaba ser. 

A este frente de batalla hemos agregado uno más. Me refiero al enfrentamiento entre la educación pública y la educación privada.  En el teatro de operaciones tenemos entonces un frente más.  Lo interesante de enfrentar a ambas es que le puedes aplicar un sinfín de criterios de separación como por ejemplo: calidad educativa, provisión de servicio, presencia en ámbitos rurales, resultados de aprendizaje, matricula, derecho a la educación, lucro o no lucro, etc.  Todos y cada uno de estos adjetivos hacen que nos separemos cada vez más, hacen que perdamos de vista cual es la función del Estado Peruano y de la Sociedad Peruana respecto a la educación.  

Mi punto no es plantear que no debemos conversar sobre las diferencias entre uno y otro; creo que el error es enfrentarlos, situarlos en posiciones antagónicas porque eso lo que hace es que perdamos de vista el fin último de la educación en nuestro país y poner todas y cada uno de nuestras capacidades para lograr el mejoramiento de la educación en nuestro país.  Veamos un detalle fundamental, es el Estado Peruano el que es responsable, constitucionalmente hablando, de velar por el derecho a la educación no solo de los colegios públicos, sino también de los privados.  En la realidad es el Estado el que construye los colegios públicos, pero también es el que autoriza el funcionamiento del colegio privado. En un caso es el financiador, en el otro el autorizador. Lo que esta faltando es que el mismo Estado y su aparato sean capaces de ejercer funciones de control, supervisión y de impulso a la educación tanto pública como privada. O es que creemos, que el aparato público, solo deben de aplicar estas funciones a los colegios privados. O la calidad solo debe ser exigida como criterio uniforme e igualitario para todos. Eso, sabemos, que no es una realidad en ninguno de los dos ámbitos.  

Mi propuesta es que el Estado Peruano, que representa al bien común de todos los peruanos, debe de convertirse en el garante de una mejor educación tanto en el sector público como en el privado. Ello pasa por mejorar su relación con todos sus colegios, identificando aquellos de mala calidad (públicos y privados) para llevarlos a una mejor condición, con plazos razonables pero claros de tal forma que al final de los mismos sean o intervenidos para pasar por procesos de reestructuración completas, o deban ser clausurados.  Insisto esta acción debe ser igualitariamente hecha tanto para los colegios públicos como los privados.  De esa forma vamos a quebrar este hiato en el que contraponemos a unos contra otros olvidándonos de la idea básica que la calidad educativa es un derecho para todos los peruanos, pero que al mismo tiempo debe ser exigible para todas las escuelas públicas y privadas. O es que creemos ingenuamente que ¿sólo las escuelas de mala calidad están en el ámbito privado?

 

Paul Neira Del Ben


 

Paul Neira
28 de abril del 2017

NOTICIAS RELACIONADAS >

Un pacto social distinto que soporte al sistema educativo

Columnas

Un pacto social distinto que soporte al sistema educativo

  En menos de diez meses hemos tenido dos huelgas magisteriales,...

29 de junio
Algunas notas a propósito de la huelga magisterial

Columnas

Algunas notas a propósito de la huelga magisterial

  Cada vez que se piensa en la profesión docente —e...

22 de junio
¿Cuál es el propósito de nuestro sistema educativo?

Columnas

¿Cuál es el propósito de nuestro sistema educativo?

  Uno de los juegos más sencillos que hacía con mi...

15 de junio

COMENTARIOS