El silencio es cómplice

Nadie puede permanecer indiferente frente a la prepotencia de la dictadura venezolana

La temática internacional ha estado ausente de la campaña electoral. La entrevista a Pedro Pablo Kuczynski en el diario chileno La Tercera ha sido una excepción saludable. Pero llama la atención que los contendores en la segunda vuelta sigan ignorando la escandalosa arbitrariedad de Nicolás Maduro al disponer que “su” Tribunal Supremo de Justicia declare inconstitucional la Ley de Amnistía aprobada por el Congreso de Venezuela (11.4.2016). En vez de acatarla y liberar a los presos políticos, ha desconocido la independencia del Congreso y su facultad de legislar.

Cuatro ex vicecancilleres* hemos expresado públicamente que “el Gobierno peruano no debería soslayar esta afrenta intolerable sobre la que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Consejo de Cancilleres de la Unión Europea, el gobierno de EE.UU., y el propio Almagro (el Secretario General de la OEA que calificó las elecciones peruanas de ‘semidemocráticas’) han expresado la mayor preocupación”.

Si bien la política exterior no debe ser parte del fragor electoral, nadie puede permanecer indiferente frente a la prepotencia de una dictadura camuflada que desconoce la independencia del Poder Legislativo y las leyes que aprueba. En medio de comicios democráticos como los que vivimos, los contendores no deberían ser insensibles a la opresión que sufre el pueblo venezolano, cuya desesperante situación ha sido permanentemente ignorada por el gobierno humalista, que jamás se ha atrevido a levantar la voz frente al chavismo.

Por haber sido beneficiario de las dádivas que Maduro canalizó cuando era el Canciller de Chávez, el mal llamado “Nacionalismo” —del que formó parte la ex candidata presidencial del Frente Amplio— calló y siguió callando. Lilian Tintori y Mitzy Capriles, las valientes esposas de líderes opositores presos diariamente maltratados, nos visitaron para pedir la solidaridad del Perú. Pero no fueron recibidas por el Presidente de la República. De nada valieron las invocaciones del escritor Mario Vargas Llosa y de la prensa independiente.

En nuestro pronunciamiento también advertimos que “El mutismo de los países latinoamericanos, deshonroso frente a la comunidad internacional, sería aún más notorio si el cuestionado Gobierno de Maduro asumiera próximamente la presidencia de UNASUR, a pesar de lo establecido en sus estatutos (Artículo 14) y, especialmente, en la Cláusula Democrática consagrada en el vigente Protocolo de Guyana, firmado por los Presidentes de UNASUR (26.11.2010) y ratificado por los Estados parte”. A pesar del terremoto en Ecuador, el dictador “bolivariano” ha presionado para que el cargo le sea entregado este mismo sábado 23 en una Reunión de Cancilleres a celebrarse en Quito. ¡El colmo de la cara dura!

El Programa de Gobierno de Fuerza Popular se compromete a luchar por “la aplicación de la Carta Democrática de la OEA y el apoyo a los pueblos hermanos para la recuperación plena de sus democracias, cuando así lo requieran las circunstancias”. Ahora es cuando los venezolanos necesitan y esperan el apoyo de los dos candidatos que disputarán la elección presidencial en el Perú.

Los políticos que disfrutan las libertades que la democracia garantiza deben ser solidarios con los pueblos sojuzgados por el autoritarismo y con los presos de conciencia que luchan por su libertad. América Latina no puede distinguirse por su vergonzosa complicidad con gobiernos que pisotean sistemáticamente los Derechos Humanos, como ocurre en Venezuela y Cuba. Los candidatos que disputan la segunda vuelta tienen la responsabilidad moral de demostrar, desde ahora, que el Perú no avalará más la conjura regional del silencio que protege a la dictatura chavista.

* Embajadores Alfonso Rivero, Jorge Voto-Bernales, Hugo Palma y el suscrito, con el doctor Juan Paredes Castro que se sumó al pronunciamiento.

J. Eduardo Ponce Vivanco