El "shock social" de Alan

¿Hacia dónde apunta la nueva propuesta lanzada por el ex-presidente García?

Ha pronunciado el ex presidente Alan García una nueva frase con olor a “trending topic” nacional: “shock social”. Por supuesto, el primero de los objetivos está cumplido; el tema ya causó revuelo y García pone nuevamente la agenda. La discusión en torno al tema da para todos los ánimos y argumentos, en todo caso, lo que se debería sugerir al inicio de cualquier menudo análisis es que García algo sabe de política y lleva algo de ventaja.

La política es una guerra de larga duración. El éxito –la obtención del poder- radica en una correcta lectura de la correlación de las fuerzas, las debilidades, fortalezas y tener conciencia de las limitaciones y la voluntad. García ha empezado a mover las fichas del ajedrez político buscando el mejor sitio para llegar a la segunda vuelta, escenario en el que, si no hay giros traumáticos, debería tener como adversaria a Keiko Fujimori.

Así, García advirtiendo sus fuerzas sabe que llegar a segunda vuelta será un camino incierto y difícil si tiene como competidor a Pedro Pablo Kuczinsky y aún más si Gastón Acurio decide a última hora dar el paso decisivo. Por eso la estrategia de un “frente republicano” que genere consensos y puentes con un grueso sector de la derecha, con Lourdes Flores y el PPC, Kouri o Castañeda.

Cuando García propone un “shock social” tiene como trasfondo quitarle el discurso “de base” al gobierno, pero además de eliminar las resistencias que existen en los sectores populares y marcarle la cancha a PPK. Inclusión social es el término con el que la pareja presidencial Humala–Heredia pudo entrar a la segunda vuelta del año 2011 y ganarla, pero el “shock social” no es sino la vieja prédica de la “justicia social” aprista, pero esta vez renovada y acompañada con la primera de las demandas y preocupaciones del  ciudadano silvestre: la inseguridad ciudadana.

García sabe que el voto del centro y de centro derecha estará atomizado con jugadores con mejores armas y menos resistencias. Ese es el espacio en el que no tiene mucho margen de maniobra, a pesar que la convivencia con la clase empresarial durante su segundo periodo fue fértil. Una de las claves para llegar a la segunda vuelta está en ocupar un poco de ese gran espacio, casi solitario, que existe en la centro izquierda, lugar que ha sido abandonado por el gobierno a falta de ideas y operadores políticos, a pesar de mantener programas sociales millonarios.

Sin embargo, la oferta de un “shock social” no alcanza para convencer al “otro Perú”. Y ese otro Perú es la nueva clase media emergente que ya ha tenido otro “shock” positivo, el del “capitalismo popular”. El discurso que conecte con las demandas de este nuevo peruano debe superar la perorata del “emprendedor” y reafirmar enfáticamente que el milagro económico continuará de día como de noche y para todos.  Pero además está pendiente el discurso para el Perú provinciano y los poderes regionales que, sin duda, jugarán su propio partido.

Parece que el miedo ha tocado a algunos analistas, que incluso han anticipado la vuelta de un García “populista” como su primer gobierno. No queda sino apuntar que García pretende ser por tercera vez el presidente del Perú y hará todo para lograrlo. Lo que no está en juicio, ni en dudas, es que si llega a ser elegido el modelo económico de mercado, que tantos logros le ha dado al Perú, seguirá en vigencia y quizá, si la suerte nos acompaña, será profundizado.

Por Iván Arenas
(12 - nov - 2014)