El sesgado análisis de la izquierda

El eterno afán de la izquierda de culpar a otros de su propio fracaso

La incorporación de Susana Villarán a la plancha del candidato nacionalista, Daniel Urresti, ha sorprendido a tirios y troyanos. Urresti es procesado por el asesinato del periodista ayacuchano Hugo Bustíos, pero esto no ha pesado mucho en la decisión de Villarán, quien por año se proclamó a sí misma como defensora de los derechos humanos. Ahora poco le importa acompañar a un reo investigado por tamaño crimen. Pero Villarán no es el único caso de gran sentido de la oportunidad en la izquierda. Patria Roja, por ejemplo, se dividido en dos; Anel Towsend se ha acomoda con Acuña, Yehude Simon se sinceró y ya es candidato, y Veronika Mendoza y Marco Arana van juntos. En resumen: la izquierda es un desmadre.

De pronto los analistas e intelectuales zurdos ensayan que Humala es el culpable del fin a la izquierda por su viraje hacia la “Hoja de Ruta” y porque corrió a los brazos de la derecha, dejando en off side a la zurda que le ayudó a ganar el 2011. No obstante, semejante afirmación carece de fundamento. La única razón por la que Humala no hizo del Perú un satélite chavista es porque se dio cuenta que  frente a él había un país distinto conformado por una multitud de mercados populares emergentes, una clase media chola y fuerte a la que no podría torcer. Todos lo diluvios iban a caer sobre Humala si éste giraba hacia el eje económico chavista. El país se hubiese convertido en un polvorín al ver lo que estaba pasando en Brasil, Argentina, Ecuador y Venezuela.

De alguna manera eso también le pasó a Susana Villarán cuando asumió el sillón municipal. Ella nunca entendió que el mundo popular es más grande que sus construcciones ideológicas, y que el cemento y el ladrillo es urgencia en los conos y asentamientos humanos de una Lima que colapsa sin obra pública. Por allí se explica el estrepitoso fracaso de Villarán y el rotundo éxito de un alcalde constructor como Castañeda.

Contrario a lo que sostiene un analista e intelectual zurdo, no fue Humala quien terminó por destrozar a la izquierda que hoy opta por partirse en mil sectas. Simple y sencillamente aquella, desde hace tiempo, está desconectada del Perú popular emergente, de la inmensa mayoría. De allí su fracaso. Y de allí que incluso si hubiese logrado participar en la campaña bajo una sola candidatura presidencial, tampoco habría tenido éxito.

Pero el analista zurdo van más allá cuando sostiene que todos los partidos que participan en las elecciones han buscado acomodarse por igual, dejando a un lado sus principios. Por lo visto, ignora que para ganar una elección se necesita construir una mayoría nacional y que  ningún candidato está hoy en condiciones de alcanzar esa mayoría sin pactar alianzas o acuerdos. Si la política es conversar con quien es diferente a uno probablemente el fujimorismo y el aprismo hayan entendido bien esta premisa. Que Vladimiro Huarac, hombre de izquierda, acompañe a la candidata naranja revela que los odios y los antis pueden quebrarse. El reciente acuerdo entre el Apra y el PPC también tiene una base institucional sustentada en las coincidencias políticas que tienen hoy ambas fuerzas en temas cruciales para el destino del país: la defensa de la democracia y del modelo económico que ha reducido la pobreza y la desigualdad.

Cosa distinta sucede en otras tiendas políticas en las el acuerdo es entre nombres y hombres y solo para sumar votos.

En suma, el intelectual izquierdista pretende explicar las preguntas de hoy con respuestas del ayer que NO conducen a ninguna parte.

Libertad para los presos políticos de Venezuela esta Navidad.

Por: Iván Arenas