Santiago González Díaz

El rey está desnudo

El rey está desnudo
Santiago González Díaz
18 de mayo del 2016

Los partidos de izquierda no son la solución para la desigualdad

Las experiencias de gobiernos populistas latinoamericanos parecen estar en un punto de decadencia y estancamiento. Algo similar a lo ocurrido durante los años ochenta, cuando el modelo del Estado de Bienestar entró en crisis, junto con el colapso de los regímenes soviéticos en todo el mundo. El excesivo tamaño y amplio abanico de funciones desestabilizó los balances financieros volviendo inviable sostener el nivel de endeudamiento generado desde el Estado para poder asumir sus obligaciones.

Como consecuencia de ello se dio un periodo de “euforia”, en el que el pensamiento afín al libre mercado encontró el justificativo ideal para llevar adelante las reformas estatales y liberar la economía, reduciendo el intervencionismo. Durante diez años aproximadamente se produjo una etapa de crecimiento económico para quienes supieron aprovechar las nuevas reglas de juego establecidas a nivel internacional. Sin embargo, esta nueva experiencia desembocó en una nueva crisis, propia de la especulación en la que caen los actores financieros. Aquellos mismos actores que el Estado luego debe sostener para evitar un colapso total.

Esta nueva coyuntura llevó al electorado a optar por propuestas políticas opuestas, y la mayor parte del continente se volcó hacia partidos de izquierda como solución. Nuevamente el Estado comenzó a tener participación en las empresas estatales, y se adoptaron medidas intervencionistas para regular lo que se consideraba la injusticia del mercado. Hoy vemos lo que mencioné al iniciar este artículo, pues la historia nos demuestra ser un constante círculo vicioso de marchas y contramarchas. Solo algunos países aparecen como excepciones en América Latina, pues mantienen políticas de Estado concretas a lo largo del tiempo.

Los países del cono sur, tienen una gran posibilidad en esta nueva etapa, en la que los ciudadanos reclaman gobiernos moderados para reducir la brecha de desigualdad. Y también medidas renovadoras en los sistemas económicos locales, que protejan de la especulación abusiva de muchos actores, que determinan la suerte de la población en su conjunto. Es decir, gobiernos que apliquen medidas inclusivas y políticas públicas a largo plazo, consensuadas y legitimadas social y políticamente, para evitar nuevos vaivenes.

Así también, resulta necesario consolidar un sistema institucional que brinde un modelo político estable, para evitar el autoritarismo y los gobiernos con pretendida intención de perpetuarse en el poder.

 

Santiago González Díaz

 
Santiago González Díaz
18 de mayo del 2016

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