Neptalí Carpio

El puente más difícil de construir

El puente más difícil de construir
Neptalí Carpio
16 de diciembre del 2016

La importancia de una cumbre entre PPK y Keiko Fujimori

Por: Neptalí Carpio

Los últimos acontecimientos demuestran que el puente más difícil de construir en nuestra sociedad no es de concreto, sino de la voluntad de diálogo nacional para sostener una gobernabilidad duradera. Este diálogo es tanto más importante, no solo por la persistencia de actores extremistas que quieren azuzar el antifujimorismo, sino también porque han aparecido un grupo de periodistas, analistas y prematuros candidatos presidenciales que quieren inventar un supuesto intento de declarar la vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski, para generar un escenario de enfrentamiento.

Contrariamente al intento de quienes querían —a propósito de la censura al ministro Jaime Saavedra— llevar la crisis al extremo de provocar una cuestión de confianza del gobierno de PPK (sobre la permanencia del ministro de Educación) y provocar la disolución del Congreso, la realidad ha demostrado la importancia de una cumbre entre PPK y Keiko Fujimori, en el contexto de un momento de nuevo diálogo nacional. En este sentido, la decisión final del presidente de la República ha sido la más correcta y se espera que la lideresa de Fuerza Popular acepte el diálogo, cerrando así la crisis y desarmando las estrategias extremistas que querían generar una crisis entre los poderes del Estado.

La pelota ha pasado ahora a los predios de Fuerza Popular y de Keiko Fujimori. Si ella tiene la grandeza de reunirse con PPK, se habrán puesto los cimientos de gobernabilidad y de una cohabitación entre el pepekausismo y el fujimorismo; situación que debe ampliarse a las demás fuerzas políticas, fomentando un acuerdo de gobernabilidad. Si esto no se logra, el verano que ya asoma tendrá como protagonistas a los diversos sectores sociales que ya preparan diversas acciones de protesta y, en cuyo interior hay sectores que insisten en una polarización que no nos conduce a nada. Si bien es cierto que el antifujimorismo se muestra como irracional e intolerante, también es cierto que la reticencia de Keiko a dialogar con PPK no crea las condiciones para derrotar a quienes pretenden una polarización errática.

Keiko debe comprender que en un escenario exitoso de gobernabilidad y de diálogo, quien gana principalmente es ella, ya que PPK no será candidato el 2021. En cambio, como lo ha demostrado la última encuesta de Ipsos, un enfrentamiento entre el Congreso y el Poder Ejecutivo erosiona la popularidad de ambos líderes. Pero en perspectivas del año 2021, quien más pierde es Keiko, entre otras cosas porque mantiene el terreno fértil y los demonios para una prédica del antifujimorismo sectario.

Nada de lo anterior implica que la bancada de Fujimori deje de lado su rol fiscalizador en el parlamento. Pero una cosa es jalar la pita al extremo, como ha ocurrido con la censura de Jaime Saavedra, y otra mantener una agenda legislativa propia, en diálogo con otras bancadas y sin caer en situaciones extremas que llevan a un desgaste. Si de algo debe percatarse el liderazgo de Fuerza Popular es que para amplios sectores de la ciudadanía la gobernabilidad depende de una acción coherente del Ejecutivo liderado por PPK, pero también de una actitud cooperante del fujimorismo. Así se ha demostrado en la excelente performance de Luz Salgado para lograr acuerdos importantes alrededor de las facultades legislativas otorgadas al Ejecutivo, la aprobación de la Ley de Presupuesto y la Ley del “IGV Justo”.

Obviamente, hay debates de fondo por abordar y que pueden generar tensiones de baja intensidad. ¿En qué dimensión deben producirse cambios a la ley universitaria? ¿Hasta dónde ir en una reforma del sistema político? ¿Cómo profundizar la lucha anticorrupción o qué cambios producir en la legislación para profundizar la reforma del Estado y aumentar las inversiones? Lo que no puede ocurrir es que un enfrentamiento fratricida entre el Poder Ejecutivo y el Congreso termine por favorecer a las fuerzas extremistas que quieren jalar agua para su molino, creando un escenario donde la principal perjudicada puede ser Keiko.

El puente de un diálogo fecundo entre PPK y Keiko, entre el Poder Ejecutivo y el Congreso, y entre todas las fuerzas democráticas y sociales, es un puente que nos conduce exitosamente hacia el 2012, quinto periodo consecutivo en democracia, mejorando el modelo económico y con una profunda reforma del sistema político.

Neptalí Carpio
16 de diciembre del 2016

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