Iván Arenas

El político y la periodista

El político y la periodista
Iván Arenas
06 de septiembre del 2017

Periodistas que se creen jueces o censores

En un momento de la discusión del domingo último en un programa televisivo, la periodista Sol Carreño preguntó con tono incisivo a Mauricio Mulder, congresista del Partido Aprista, por qué el parlamentario “defendía a los partidos políticos” y “no a los ciudadanos”. Semejante pregunta desnuda por completo el desdén que existe en un sector del periodismo sobre la importancia de que existan partidos políticos fuertes que sostengan la democracia.

En la ciencia política se suele decir que sin partidos políticos no hay democracia seria ni longeva. Basta mirar las democracias en los países desarrollados para entender que sin partidos políticos fuertes no hay democracia. No obstante, estimado lector, el objeto de esta columna no es analizar la confrontación entre el Tribunal Constitucional y el Congreso, sino aproximarse a analizar la relación entre el político de hoy con cierto sector de periodistas de hoy.

Por la forma, la dura entrevista de Sol Carreño a Mauricio Mulder también denota que el periodista de hoy se ha tomado atribuciones que van más allá de lo permisible. Pareciera que hoy en día el periodista se ha tomado la licencia de golpear al político como a una piñata. De alguna manera, cierto sector del periodismo ha dejado su lado analítico y reflexivo para colocarse la birra de juez o creerse el censor. Una entrevista ya dejó de ser sinónimo de conversación atinada, puntual, inteligente. Hoy se ha convertido en un ring de box, en el que se tiene, necesariamente, que dejar en ridículo al político.

Es cierto que desde hace buen tiempo, la mayoría de políticos son una lágrima. En el Congreso se han reunido roba luz, mataperros y varios más. No obstante, también hay honrosas excepciones. De hecho, Mauricio Mulder es una de ellas. Pero eso no da cabida para que el periodista, en este caso Sol Carreño, asuma papeles que no le corresponde.

Quizá en los últimos años la práctica de dejar el ridículo al político también se relacione con la dicotomía fujimorismo/antifujimorismo o aprismo/antiaprismo que ha inundado malamente el espacio público. Para nadie es un secreto que algunos medios y periodistas también han asumido posiciones. De allí que en el caso del Tribunal Constitucional y el Congreso de mayoría naranja, el periodista antifujimorista o antiaprista se proponga dejar mal parado al político.

Iván Arenas

 
Iván Arenas
06 de septiembre del 2017

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