Hugo Otero

El Perú secuestrado

El Perú secuestrado
Hugo Otero
05 de agosto del 2015

Sobre la propuesta del Apra para enfrentar avance de la delincuencia

La seguridad ciudadana, como acción principal del próximo gobierno, es la propuesta fundamental del Apra al país en la campaña presidencial que se inicia.

El nuevo presidente elegido, de acuerdo con el planteamiento aprista, debe caracterizarse por su lucha a favor de la seguridad ciudadana y sintonizar así con la urgente y clamorosa demanda de millones de hogares.

Alan García, quien es presidente del partido, afirma que "el país está atemorizado y secuestrado por la delincuencia diaria" y señala la situación como la más acuciante de la sociedad en este momento.

La posición aprista plantea la necesidad de entablar diálogo, analizar propuestas y conformar un equipo democrático de ancha base abocado con firmeza a batallar contra el avance creciente de la delincuencia. Se trata de convocar la participación de diferentes expresiones políticas y sociales y establecer un gobierno de compromiso nacional capaz de reunir a los mejores cuadros y técnicos en la materia.

El partido aprista considera este combate como el gran desafío del estado peruano. Compara la sensación de ansiedad y terror que produce el yihadismo fanático y criminal en países desarrollados, con la sensación de inseguridad y temor que produce en nuestro pueblo la delincuencia.

El Apra plantea que para derrotar a este flagelo se requiere unidad e ir más allá de las diferencias ideológicas o de intereses, porque de eso depende la supervivencia de la república y el futuro de las próximas generaciones.

Hace sólo unos días, en El Salvador, las bandas de delincuentes llamadas maras, forzaron con sus chantajes a las organizaciones de transportistas y lograron paralizar durante cuatro días el transporte público y de carga. En el caso del Perú, de continuar la escalada del sicariato y de otras modalidades delictivas como el narcotráfico, podemos afrontar circunstancias similares y aún peores, si el estado no moviliza a la nación para detener esta lacra calificada como nuevo terrorismo de nuestra época.

Ejemplo al paso es el pago de obreros de la construcción civil que será bancarizado para evitar extorsiones. La norma, que se aplicará próximamente, pretende clarificar las cuentas de empresas y sindicatos, al permitir sólo el pago de quien esté anotado en planillas. Además de poner en evidencia que hasta ahora había fraude fiscal, revela lo que ya se sabía: que las mafias vienen cobrando entre un 2% y un 5% de las obras. Por otra parte, han sido asesinados entre el 2011 y lo que va de este año catorce dirigentes de la Federación de Construcción Civil. Pero lo peor es el siguiente dato que maneja la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri): nada menos que "unos" 470 son los integrantes de la mafia de la construcción. ¿Nos estamos acercando cuantitativamente a las maras?

Muchos casos más se pueden citar sobre el aumento alarmante de la delincuencia, pero en general estos son utilizados para publicar escándalos en la prensa y no como hechos que conducen a un desastre social en nuestro país.

El próximo presidente democrático, en la visión del Apra, tiene que constituirse en líder de una voluntad plural y combatir la delincuencia como objetivo nacional en una guerra total. Es el camino que necesita el Perú para crecer y desarrollarse con justicia e igualdad. Y recuperar la confianza en sus gobernantes.

Por Hugo Otero

Hugo Otero
05 de agosto del 2015

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