El Perú en perspectiva

Qué hacer para retomar el camino del crecimiento

El Perú, al igual que todos los países, forma parte de una economía global, y el nivel de participación que alcance en ella dependerá de la conjunción de varios factores: a) Convicción de sus autoridades gubernamentales de hacia dónde se debe conducir el país, b) Cohesión social y establecimiento del principio de autoridad, c) generación de confianza en la comunidad de inversionistas (nacionales y extranjeros). Si se logra que el Perú cuente con dichos factores, sí será posible retomar el crecimiento en el menor plazo posible y aprovechar la oportunidad que representa que otros países tengan una menor perspectiva de crecimiento.

Recientemente, el Deutsche Bank de Alemania ha informado que estima que en los próximos 35 años el crecimiento a nivel global de la economía será lento y que las autoridades “tendrán serios problemas para enfrentar importantes desafíos económicos, sociales y políticos”.  Por su parte, el Banco Mundial redujo su proyección de crecimiento mundial para el presente año de 2.9% a 2.4%. ¿Qué significa esto? Una eventual disminución, aún mayor, de las cotizaciones de nuestros principales productos de exportación, como el cobre, el oro, la plata, el zinc, entre otros. Si sus precios disminuyen, las exportaciones también lo hacen así como los ingresos de las empresas y la recaudación del fisco.

¿Cómo se compensa dicha caída? Con mayor producción y con mayor eficiencia operativa.  Si los costos de producción internos disminuyen, la productividad del país se incrementa y salen del mercado mundial de productores de metales los menos eficientes o los de mayor costo. En consecuencia, atraeremos mayor inversión, tanto en el rubro minero como en otros, por las sinergias que se establezcan como resultado de una actividad dinamizadora y descentralizadora de la economía.

No obstante, si no aprovechamos las oportunidades que se nos presentan en el corto y mediano plazo, o si surgen grupos que se oponen a la inversión, las consecuencias serán el incremento del déficit fiscal por la menor recaudación.  Por lo tanto, menor inversión pública y privada.  Resultado: mayor desempleo e inflación (para cubrir el déficit), profundización de la parálisis económica y agudización de la crisis de institucionalidad, por el descrédito en que caerían las actuales autoridades.

¿Qué hacer ante este panorama? Impulsar el crecimiento económico mediante la atracción de las inversiones, porque mejoran las condiciones de vida de la población. Durante la administración Humala vimos cómo el ritmo de crecimiento del Producto Bruto Interno pasó de 7.2%, como promedio anual, a menos de 4%.  También en dicho periodo pasamos del superávit al déficit fiscal, que hoy alcanza 3.5%; por eso es necesario remontar el crecimiento y despejar las trabas administrativas que se establecieron en el pasado quinquenio. El presidente Kuczynski está demostrando liderazgo y decisión, pero también es fundamental el respaldo que la clase política y todos los sectores productivos y sociales deben brindarle.

La delegación de facultades legislativas solicitadas por el Ejecutivo está orientada a la reactivación y formalización de la economía, a reforzar la seguridad ciudadana, a la lucha contra la corrupción y a la aceleración de los programas de agua y saneamiento para un mayor número de familias, principalmente.  Todo ello es importante; pero sobre todo la inversión privada, que es varias veces superior a la que puede realizar el Estado desde sus diferentes instancias.

Cuando hacemos hincapié en la importancia de dar pase a los proyectos mineros que se encuentran en espera de una decisión gubernamental, lo que se demanda es gatillar la confianza para reactivar la economía y seguir disminuyendo la pobreza. Se trata de algo más significativo que hacer realidad un proyecto, que en sí mismo es importante; se trata de miles y millones de familias de peruanos que merecen una oportunidad para vivir mejor.

Guillermo Vidalón del Pino