J. Eduardo Ponce Vivanco

El Perú amenazado: desafío para los jóvenes

Los jóvenes han sido los principales activistas de la solidaridad

El Perú amenazado: desafío para los jóvenes
J. Eduardo Ponce Vivanco
07 de abril del 2017

Los jóvenes han sido los principales activistas de la solidaridad

No exagera el ministro Nieto cuando dice que “el desastre somos nosotros”. Es la evidencia histórica de varias décadas de creer que “en la costa no llueve”. Los diluvios actuales serían, por tanto, la excepción que confirma la regla.

Como Trump, muchos siguen creyendo que el cambio climático es una teoría exagerada e improbable. Sin embargo, los glaciares del Perú se están derritiendo y las inmensas masas de hielo de los polos se convierten en el agua de mar que eleva el nivel de los océanos. El empequeñecimiento de los glaciares árticos, antárticos y de cordilleras como la de los Andes calientan la temperatura planetaria y alteran el clima. Las consecuencias son nefastas y las vemos diariamente en la TV.

La topografía del Perú nos coloca en el pelotón de avanzada de países en riesgo de catástrofes cada vez mayores. Y si bien es muy poco lo que podemos hacer a escala global —como no sea conservar el bosque amazónico— sí podemos hacer algo importante para defender nuestro propio hábitat, nuestra casa.

Los expertos explican que las lluvias de este año no cayeron sobre las cumbres, sino en el piedemonte de la cordillera, y que eso produjo los huaicos y aluviones. También han reiterado lo obvio: si no se reforestan las cuencas altas, los desastres serán cada vez peores. Los árboles son nuestros mejores aliados, pero se siembran de a pocos y con mezquindad, como si fuera una actividad casi deportiva, banal.

Enhorabuena: la solidaridad de los peruanos es la enseñanza más importante que nos ha dejado la tragedia. Y los jóvenes han sido los principales activistas de la solidaridad. Han demostrado un potencial que es un valioso capital social y político que ellos mismos deben convertir en acción decidida.

Una y otra vez, el Estado ha fracasado en los programas de reforestación de alcance nacional que necesitamos dramáticamente. La naturaleza impersonal del Estado no es capaz de sentir las urgencias de los jóvenes que son dueños del hoy y del mañana. Son ellos entonce quienes pueden estar a la altura del hermoso desafío de defender al Perú de los desastres cíclicos que, una y otra vez, destruyen lo que tanto cuesta construir.

Los jóvenes pueden plantar árboles —uno cada uno— y pueden sembrar agua, como lo hacían los antiguos peruanos. Conocemos la técnica eficaz que tenían: cavar redes de surcos que absorban el agua para alimentar la napa freática y los manantiales. Hay organizaciones de jóvenes que han participado en la ayuda a los damnificados del norte, haciendo causa común con jóvenes ecuatorianos: www.renajuv.org

El Estado, los políticos y los organismos internacionales tienen la obligación de apoyarlos. Pero son ellos, los jóvenes, quienes deberían asumir esa iniciativa generacional que mantendría viva la llama de la solidaridad y despertaría la esperanza de los peruanos de todas las edades.

 

J. Eduardo Ponce Vivanco

J. Eduardo Ponce Vivanco
07 de abril del 2017

NOTICIAS RELACIONADAS >

Gravedad de la coyuntura internacional

Columnas

Gravedad de la coyuntura internacional

Aprovechando la Cumbre de las Américas, y antes que los ind&iac...

24 de junio
Mentiras en la Cumbre de las Américas

Columnas

Mentiras en la Cumbre de las Américas

En el Perú leemos con asombro que el Presidente Pedro Castillo ...

10 de junio
El Führer ruso

Columnas

El Führer ruso

Hace cuatro meses que el mundo civilizado observa con horror la devast...

27 de mayo

COMENTARIOS