El nuevo movimiento campesino peruano

Un Frente Popular abierto a los campesinos y pobres de las ciudades

El fin de semana pasado se realizó el Congreso del MAS-Democracia Directa (el partido de Goyo Santos) bajo el lema: “Camino a la victoria”. Asistieron aproximadamente 2,000 delegados provenientes de todo el país, quienes representaban a movimientos políticos, gremios campesinos, colectivos juveniles y organizaciones barriales de Lima Metropolitana. Todos ellos atiborraron el local de los fonavistas para organizar un Frente Popular "que derrote al neoliberalismo con el empuje de los sectores ignorados y marginados".

De esta forma, en medio de esa entusiasta asamblea, nació un nuevo movimiento campesino, que se extiende desde el campo a vastos sectores populares urbanos empobrecidos. La característica del evento fue su carácter popular, sin los intelectuales de la clase media de izquierda que militan en el Frente Amplio, los ecologistas radicales de las ONG europeas y norteamericanas, ni los representantes de los think tanks liberales, tan de moda en la élite dirigente.

Por el contrario, este nuevo movimiento tiene un espíritu abierto a los campesinos y pobres de las ciudades; y su convocatoria es mesiánica, como fue la del Apra auroral y la de Sendero Luminoso. Pero no son dogmáticos ni creen en las fuerza de las armas, sino en la democracia directa para alcanzar el poder, en un país donde se sienten alejados del Estado. No es un movimiento marxista leninista, es popular radical y su objetivo es representar a millones de pequeños y medianos campesinos que se enfrentan a los gobiernos del "nuevo centralismo limeño", que quiere imponerles inversiones extractivas y obras de infraestructura que, según afirman, los agreden y no les dejan beneficios.

Son invisibles para la izquierda formal y la derecha liberal. Y solo,serán visibles cuando estalle la protesta y la resistencia a las instituciones de un Estado al que denuncian por incompetente y enemigo de sus vidas. La historia se repite, y olvidamos que en la década del ochenta nadie veía a Sendero Luminoso como un movimiento capaz de iniciar la guerra en el Perú. El anuncio del gobierno de una revolución social desde el poder puede activar la chispa de una respuesta masiva de estos sectores, si las promesas que anuncia el régimen no se cumplen.

El nuevo Frente Popular propone una “Nueva Constitución que cambie el modelo neoliberal y que recupere el Perú para los peruanos”. Sus dirigentes sostienen que esta nueva carta magna debe nacer del pueblo, por eso no les interesa la convocatoria a una Asamblea Constituyente. Tampoco creen en “las reformas electorales del actual Parlamento y el maquillaje a la Constitución de 1993”. Ellos han elaborado un proyecto de constitución que será discutido en todas las organizaciones sociales populares y profesionales, para luego ser aprobado en un referéndum convocado con el respaldo de millones de firmas que vienen recolectando por todo el país, convencidos de la causa de su combate.

Después de escuchar las intervenciones de los dirigentes comprendemos que las reivindicaciones locales, gremiales, regionales y políticas que defienden demuestran la firme voluntad de lucha. Es la exigencia popular, radical, instintiva de millones de peruanos marginados que buscan vivir mejor. Es una organización embrionaria en la que se mezclan el mesianismo popular, el milenarismo andino, el etnocentrismo regional y el nacionalismo radical, con un espíritu anarquista que seduce a las organizaciones juveniles urbanas que se expresaron vehemente en esta asamblea popular.

El nuevo movimiento campesino será actor clave y en los próximos meses exigirá al gobierno se cumpla la revolución social proclamada por su tecnocracia. Entonces el país ingresará a una situación compleja e impredecible.

Tino Santander Joo