Nancy Arellano

El morbo mediático de la fiscalización y el asco a la justicia

El morbo mediático de la fiscalización  y el asco a la justicia
Nancy Arellano
14 de diciembre del 2016

La percepción de corrupción es reforzada por los medios y las numerosas comisiones

Han sido días de fiscalización por todos lados. Hoy se anunció incluso que la Fiscalía General ha reabierto una investigación contra el presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, sobre la presunta corrupción al favorecer a la empresa brasileña de construcción Odebrecht hace 10 años, cuando era premier. Sale la noticia del Congreso sobre las canastas navideñas sobrepreciadas y por adjudicación directa, y se habla de la compra de computadoras del Congreso también sin concurso abierto. Una metodología lícita, pero que fuera criticada por el propio Congreso respecto del Minedu, que a su vez tiene unos cuantos casos en proceso de investigación.

Hay que sumarle a la polarización la pregunta de ¿quién es más corrupto? Y ver las estadísticas de más del 92% de los alcaldes bajo la lupa por presunta corrupción, ya sea en la procuraduría o en la fiscalía. Y la verdad es que la investigación sobre corrupción en el Perú parece ¡harta chamba!. Y no es que todo lo que salga a la luz sea objeto de investigación por parte de la fiscalía o la procuraduría, pero sí que la tasa de investigación —como el caso de los alcaldes— es alarmantemente alta. A ello hay que adicionar todo el tiempo que los medios de comunicación gastan en dimes y diretes sobre el proceder administrativo, supuestamente oscuro, de muchos funcionarios, la comidilla política y las opiniones que van y vienen, sin que se cierren certeramente los capítulos. He allí el detalle.

¿Qué revela esto? Primero, que la percepción de corrupción (72,8% para 2014) es reforzada por un círculo vicioso de medios y entes que se encargan de investigar con micro y macro comisiones a un sin fin de funcionarios. Es una historia interminable y poco alentadora que solo hace que el ciudadano tome repulsa por la política y los jóvenes huyan de cualquier cosa que tenga un "tufillo" a ente público. Solo para colocar un dato: el ex procurador Fuad Khoury señalaba en 2013 a RPP que "en sus cuatro años como contralor, su despacho ha presentado 4,000 denuncias penales y civiles por corrupción contra funcionarios, de las cuales solo se han emitido 300 sentencias, siendo favorables para el Estado solo 90 de ellas".

¿Cuál es la tasa de efectividad de las denuncias? Hablamos de un 7,5%. Es decir, de los 4,000 casos vociferados solo noventa reciben una sentencia favorable al Estado; suponiendo que, en efecto, fueron casos que cumplieron con el debido proceso y se dictó sentencia certera. Si extrapolamos esto —de 300 casos sobre los que se dictó sentencia, 90 eran culpables— entonces de los 3,700 pendientes de sentencia es probable que haya 1,110 casos de culpables que están impunes, libres y campantes, probablemente entre panetones, computadoras y algunos sacos de cemento viejo.

Más allá de detectar la corrupción hay que prevenirla. La actuación reactiva no está dando resultados. Hay mucho morbo mediático en la fiscalización y quizás... ¿asco a la justicia?

 

Por Nancy Arellano

@nancyarellano

Nancy Arellano
14 de diciembre del 2016

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