Iván Arenas

El mito y el marketero

El mito y el marketero
Iván Arenas
10 de febrero del 2016

Sobre Luis Favre asesor de César Acuña

El trabajo del “experto” en marketing Luis Favre se paga a un precio muy alto: S/1.720.464,40. Voceros de Alianza Para el Progreso (APP), el partido del candidato presidencial César Acuña confirmaron la información. Semejante cifra es lo que ganaría un maestro peruano si trabajara sin descanso durante más de 115 años. Pero como se dice "París vale una misa" y si Favre es Midas bien vale lo pagado, ¿o no señor Acuña? Sin embargo, ¿es Luis Favre un todo poderoso señor del marketing político? ¿O es -como otros piensan- una creación heroica sin calco, ni copia?  

 

Veamos. Se dice que Luis Favre fue el artífice de la victoria de Ollanta Humala en el 2011 porque hizo que el candidato nacionalista cambie el polo rojo por el blanco. No obstante, la victoria de Humala sobre Keiko Fujimori no fue el resultado de una elaborada estrategia marketera del gurú brasileño. En la segunda vuelta, el apoyo de Mario Vargas Llosa y Alejandro Toledo, garantizaron el giro de Humala al centro y luego gane. Es decir, fue una decisión política y no obra del marketing.

Se dice también que la mano de Favre impidió la revocatoria a Susana Villarán. Un momento. Se olvida que fueron dos razones –las dos políticas- por las que Susana terminó sin interrupciones su pésima gestión. La primera: el apoyo firme del PPC y Lourdes Flores a Villarán. Y la segunda: la irresponsabilidad de Luis Castañeda para asumir el liderazgo de la revocatoria que en algún momento llegó a rozar el 70%  a favor de la salida de Villarán.

Pero, en el Perú, el mito de Luis Favre creció al punto que es sinónimo de “éxito electoral”. Como el Cid Campeador, mencionar su nombre genera temores. De pronto también el marketing reemplazó a la política. Entonces, el candidato César Acuña, con serios antecedentes –violencia doméstica o investigaciones de lavado de activos- y acusaciones probadas de plagio puede entregar su destino al marketing y obviar la política. Ya nada importa. Por allí, nace un bebé probeta llamado Julio Guzmán y la política sigue reduciéndose a como quien va a comprar un litro de aceite.                

Buena parte del mito fabricado alrededor del “experto” marketero brasileño ha sido gracias al extraordinario aporte de un sector de la derecha que se obsesiona con la existencia de un “electarado” irracional -casi mulas erguidas- y de otro lado por toda la izquierda que ante  el poco entender a un nuevo Perú (capitalista y de mercados populares) descalifica a las mayorías por "carecer de conciencia”. Por ejemplo, en la izquierda se preguntan todavía cómo la candidata fujimorista obtiene 35% de intención de voto. En aquel escenario -“electarado” derechista más ciudadanos “carentes de conciencia” izquierdista- surge el “experto”, aparece el mito, el manipulador de mentes que con eslóganes bonitos, colores atractivos y un grotesco spot comparando  a Luther King con Acuña cree que puede poner de rodillas a un país. Un Joseph Goebbels tropical.

Según la Real Academia Española, mito también significa “persona o cosa a la que se atribuyen cualidades o excelencias que no tiene” Ahora Favre, el “experto” en marketing, debe demostrar que el precio que se paga por su trabajo vale una misa en París como 115 años de incansable labor de un profesor peruano. O, ¿acaso se le pagó para copiar un burlesco spot entre un líder de los derechos civiles -que dicho sea JAMÁS PLAGIO- y un verdadero plagiador de marca mayor?


IVAN ARENAS

Iván Arenas
10 de febrero del 2016

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