Daniel Córdova

El Ministerio de Economía y Finanzas

El Ministerio de Economía y Finanzas
Daniel Córdova
09 de diciembre del 2015

El rol del titular del MEF en el escenario económico actual

Por primera vez en muchos años, una CADE fue abiertamente hostil al Ministro de Economía de turno. Lamentablemente, por lo que hemos vivido en el último año y lo que se dijo en dicho encuentro, la crítica está fundamentada. Y es que hace tiempo el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en lugar de promover, traba el desarrollo. Lo entorpece. Lo desalienta. Y el Ministro de turno, digámoslo tibiamente, ha tenido la soberbia de maltratar autoridades elegidas por el pueblo mostrando la típica ignorancia de la institucionalidad política de muchos de mis colegas economistas.

Hubo una época -los años noventa- en que el MEF desempeñó un auténtico papel reformista. Fue la época de Carlos Boloña principalmente y también la de Jorge Camet. Fue cuando se tuvo el coraje de romper esquemas. Privatizar, abrir la economía, reestructurar la deuda, ajustar presupuestos. Los recursos eran escasos en esa época por lo que era fundamental mantener una austeridad de hierro. Y había que terminar de manera radical con los lobbies mercantilistas.

Poco a poco sin embargo, se fue esparciendo una cultura de desconfianza en el sector privado, una cultura “asustada y acomplejada” en palabras de Alan García. Así, mientras se abría la posibilidad de generar infraestructura y mejores servicios públicos con inversión privada, los funcionarios del MEF y de Proinversión se dedicaron a detener todo, a generar modelos económicos para justificar el “no” a todo. Y los Ministros que pasaron (muchos de los cuales ahora se suman a las críticas al MEF) gozaban de placer al negar permisos, imponer condiciones imposibles de cumplir, detener todo bajo el argumento de la desconfianza, de la austeridad, de la seriedad.

Todo se complicó más con la descentralización y la delegación de facultades a los gobiernos sub-nacionales para tomar decisiones de inversión. Algunos economistas de escritorio interpretaron al pie de la letra la normativa y consideraron que su función era dar el “sí” o el “no” a los proyectos. Cierto es que muchas veces se rechazaron bien iniciativas fuera de lugar, los famosos palacios municipales, plazas de toros y piscinas olímpicas en pueblos donde no había agua, a las que aludió Toledo en sus 5 minutos de lucidez. Pero lo esencial es que el MEF tiró la toalla de la iniciativa y se la dejó a los sectores, regiones y municipios, renunciando a su papel promotor de desarrollo.

El origen de esta falencia de visión de desarrollo en los últimos ministros que hemos tenido es de formación. Resulta que se ha considerado con frecuencia que deben estar a cargo especialistas en macroeconomía de gran experiencia académica, pero sin interacción adecuada con la práctica. Es por ello que no pudo ser más acertada Keiko Fujimori cuando anunció la necesidad de contar con un Ministro de Economía que se “ensucie los zapatos”, que esté en el terreno, preocupado porque se den los proyectos que generen desarrollo.

Algo similar ha declarado Acuña sobre el particular. “El Ministro de Economía de mi gobierno debe servir a los gobernadores y alcaldes” ha dicho. Y eso es lo que debería suceder. Siendo el MEF el que maneja los presupuestos y aprueba en última instancia los proyectos de inversión, es un despropósito que no haya gente auténticamente preocupada por el desarrollo  a la cabeza.

No es cuestión de quitarle mérito a la gestión de las finanzas públicas que, en contraste con la de economía, ha sido de las mejores de la región. Y por ello nuestros ministros han sido condecorados aquí y allá: por ser buenos operadores de finanzas. El problema es que además necesitamos buenos Ministros de Economía.

Por: Daniel Córdova

Daniel Córdova
09 de diciembre del 2015

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